El Gobierno sube el impuesto sobre la renta para recaudar 240.000 millones más en dos años

El presupuesto público no puede asumir muchos de los compromisos que tiene en la actualidad porque la economía española tardará en salir de¡ bache hasta pasado 1993. Así lo expresó ayer el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, tras el Consejo de Ministros que aprobó las medidas para reducir el déficit público. La de mayor impacto consiste en una subida media de dos puntos en la tarifa del impuesto sobre la renta y en las retenciones del IRPF. El Estado ingresará por este concepto 240.000 millones de pesetas entre este año y el próximo. También se aprobó la subida del IVA al 15%....

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El presupuesto público no puede asumir muchos de los compromisos que tiene en la actualidad porque la economía española tardará en salir de¡ bache hasta pasado 1993. Así lo expresó ayer el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, tras el Consejo de Ministros que aprobó las medidas para reducir el déficit público. La de mayor impacto consiste en una subida media de dos puntos en la tarifa del impuesto sobre la renta y en las retenciones del IRPF. El Estado ingresará por este concepto 240.000 millones de pesetas entre este año y el próximo. También se aprobó la subida del IVA al 15%.

La economía española atraviesa por una situación más que delicada, presenta problemas estructurales serios y no se vislumbra un cambio de tendencia hasta pasado 1993. Éste no fue el panorama trazado en el plan de convergencia con la CE aprobado en marzo de este año "y el Gobierno asume su error de previsión", según afirmó ayer Carlos Solchaga. No se cae, sin embargo, "en la tentación" de hacer una política reactivadora, sino que "se pide a los ciudadanos un esfuerzo para adoptar medidas que permitan sanear la economía".

Frente a un crecimiento esperado del 3% en 1992 y del 3,3% en 1993, la economía no superará el 2% en cada uno de estos años, con la consiguiente destrucción de empleo. Según el ministro Solchaga, ello obedece a un entorno internacional recesivo al que la economía española no puede sustraerse y al efecto de la política restrictiva anunciada ayer. El problema de la economía española es, además, que el retraimiento económico ha disparado el déficit público y el exterior y ha destruido empleo pero no ha servido para reducir la inflación.

La causa más palpable es que es el consumo privado es el único componente de la demanda que está tirando de la economía. De aquí que las dos medidas de mayor impacto entre las adoptadas ayer sean el aumento del tipo medio del impuesto sobre el valor añadido (del 13% al 15%) y la subida del impuesto sobre la renta en una media de dos puntos. El IVA tendrá a su vez un efecto inevitable sobre la inflación -puede alcanzar este año el 6,9% frente a una previsión inicial del 5%, "que se absorberá el año próximo", según el ministro.

En cuanto al impuesto sobre la renta, el Gobierno espera detraer del consumo unos 40.000 millones de pesetas este año mediante la subida de las retenciones a partir del mes de agosto, más otros 200.000 millones el próximo ejercicio por el aumento de la tarifa.

El Gobierno anula así en su mayor parte el efecto suavizador de la nueva Ley del Impuesto sobre la Renta que este año entró en vigor. Pero, según Solchaga, la medida no lesiona el derecho de irretroactividad de las normas, amparado por la Constitución, porque éste empieza a contar cuando finaliza el periodo de devengo del impuesto, en este caso, el 31 de diciembre de 1992.

Tampoco contradice, en su opinión, uno de los compromisos expresados en el plan de convergencia con la CE. El programa establece el mantenimiento de la presión fiscal una vez aplicada la nueva ley del IPRF y la subida del IVA derivada de la armonización fiscal con la CE. Pero mientras el documento sitúa el punto de partida en 1993, Solchaga lo aplazó a 1994, ya que se comprometió, igualmente, a restablecer en esa fecha el impuesto ahora prácticamente derogado.

El problema, según planteó con toda claridad el ministro, es que la economía española no produce suficiente financiación para cubrir los compromisos asumidos por el Gobierno en distintas áreas. Ello ha provocado que el déficit público se dispare con crecimientos en tomo al 40% en los seis primeros meses del año

El presupuesto del año próximo recortará el gasto corriente

La desviación en el déficit público es la causa por la que el Gobierno aprobó ayer, además de la subida de impuestos, un recorte en el gasto público en 195.224 millones de pesetas. Se trata de reconducir el déficit de forma que sea posible situarlo en el 2,6% del PIB este año, en total, 1,5 billones de pesetas (en la primera mitad del año alcanza ya los los 1,2 billones).En relación a los créditos iniciales, 1 recorte del gasto afectará sobre todo a los ministerios de Industria (6,5%) Agricultura (5,9%) y el MOPT (5,6%).

Pero éste parece ser sólo el principio de lo que cabe esperar para lo que queda de año y para el presupuesto de 1993. Solchaga anunció ayer, entre otras medidas, una disminución en las transferencias que reciben determinadas empresas públicas, por ejemplo, las relacionadas con la industria o el transporte, más la eliminación de algunos organismos públicos y algunos programas de privatización.

Para el año próximo, el presupuesto del Estado intentará mantener las cifras de inversión pública pero atacará de lleno sobre los denominados gastos corrientes, donde entran los gastos de personal, los necesarios para el funcionamiento de los ministerios, los gastos financieros y las transferencias. "Aquí no me refiero", explicó, "a cosas como los lapiceros o la gasolina", sino "a reconsiderar ciertos compromisos que el país no está en condiciones de financiar".

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