Faena para un 'miura'

Il trovatore es un miura. Toscanini decía que se necesitaban los cuatro mejores cantantes del mundo para ponerla en pie. Desde 1981 no se representaba en el teatro de la Zarzuela: entonces fue un fracaso. Ahora el éxito llegó con la imponente mezzosoprano dramática norteamericana Dolora Zajick. Graves profundos hasta los infiernos, agudos poderosos, temperamento teatral, fuerza arrolladora y, sobre todo, estilo verdiano de gran trágica. Cantó con su habitual buen gusto melódico la soprano húngara Ilona Tokody en una línea más lírica de lo que es habitual en Leonora, pero de gran encanto...

Il trovatore es un miura. Toscanini decía que se necesitaban los cuatro mejores cantantes del mundo para ponerla en pie. Desde 1981 no se representaba en el teatro de la Zarzuela: entonces fue un fracaso. Ahora el éxito llegó con la imponente mezzosoprano dramática norteamericana Dolora Zajick. Graves profundos hasta los infiernos, agudos poderosos, temperamento teatral, fuerza arrolladora y, sobre todo, estilo verdiano de gran trágica. Cantó con su habitual buen gusto melódico la soprano húngara Ilona Tokody en una línea más lírica de lo que es habitual en Leonora, pero de gran encanto. Juan Pons lució su fraseo cálido y sus acentos humanistas como el Conde de Luna y Kristian Johannsson se mostró seguro como Manrico, Pira incluida, lo que no es poco en estos tiempos de crisis tenoril. Entre los secundarios apuntó muy buenas maneras Stefano Palatchi como Ferrando. La dirección musical de M. A. Veltri fue desigual, con logrados momentos y algún exceso.