"Lo sagrado no es arcaico, se alía con el Pentágono", afirma Fátima Mernissi

La socióloga marroquí critica en 'El miedo a la modernidad' el islam despótico y califal

"La guerra del Golfo nos muestra que lo sagrado no es arcaico porque puede hacer alianzas con el Pentágono", afirma Fátima Mernissi, socióloga, historiadora y escritora, profesora de la Universidad Mohamed V, de Rabat. Nacida en 1940 en la ciudad marroquí de Fez, Mernissi hace profesión de fe feminista y arremete contra "el islam califal, despótico, intolerante, excluyente, que está condenado a desaparecer", a favor de un islam espiritual, sufí.

Fátima Mernissi participó recientemente en Barcelona en el ciclo Las culturas magrebíes, organizado por el Instituto Catalán de Estudios...

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"La guerra del Golfo nos muestra que lo sagrado no es arcaico porque puede hacer alianzas con el Pentágono", afirma Fátima Mernissi, socióloga, historiadora y escritora, profesora de la Universidad Mohamed V, de Rabat. Nacida en 1940 en la ciudad marroquí de Fez, Mernissi hace profesión de fe feminista y arremete contra "el islam califal, despótico, intolerante, excluyente, que está condenado a desaparecer", a favor de un islam espiritual, sufí.

Fátima Mernissi participó recientemente en Barcelona en el ciclo Las culturas magrebíes, organizado por el Instituto Catalán de Estudios Mediterráneos. En su último libro, La peur-modernité (El miedo modernidad), que Ediciones del Oriente y del Mediterráneo se encarga de publicar en castellano, la socióloga aborda lo que se podría denominar la revolución pendiente entre democracia e islam. "Cuando los europeos dicen que el islam no es compatible con la modernidad, ¿a qué islam se refieren: al de 15 siglos de experiencias que abarcan desde Indonesia al Senegal, al de la modernidad del emir del Golfo, al del chófer del emir o al del emigrado palestino que trabaja para el emir?", se pregunta. "Creo que un musulmán sería un estúpido si no utilizase los beneficios que le reporta la modernidad: el teléfono, el fax, el ordenador o el coche; Jomeini utilizaba la casete; pero queda un espacio al que no llega esa modernidad: a los derechos humanos", agrega.Sin embargo, Mernissi no cree que la falta de libertades sea atribuible al islamismo. Defiende la tesis -como avanzó en Le harem politique: Le prophète et les femmes- de que es "imposible utilizar a Mahoma para cerrar el paso a la democracia". "Algunos hadiz [dichos] del profeta", explica, "están elaborados por mujeres; si tomamos el periodo entre el 622 y el 632, el islam se muestra abierto a la igualdad entre hombre y mujer; éstas accedían a la mezquita y tenían el estatuto de discípulas del profeta".

"Si tomamos ese periodo es dificil hacer de la religión un instrumento que bloquee la democracia", subraya Mernissi. No obstante, reconoce que en numerosos países se ha tomado la vía del islam político, el que antepone la charía (ley coránica) al individuo. "Es el islam que culpa a las ideas extranjeras de promover reivindicaciones de democracia", manifiesta Mernissi en referencia a las monarquías totalitarias del Golfo. A pesar de todo, cree que la guerra del Golfo ha abierto incluso en esos países un camino irreversible hacia la democracia.

La falta de democracia, de libertad para las mujeres, durará poco, a juicio de Mernissi. La socióloga marroquí destaca que en numerosos países musulmanes está surgiendo una élite femenina que llega a la universidad y a las profesiones liberales.

"Por eso digo a los europeos: si queréis un Mediterráneo equilibrado, no hay que invertir en armas, sino en promoción de la mujer. Una mujer analfabeta tiene de cinco a seis hijos; si tiene estudios secundarios, sólo tres", argumenta.

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