Un místico castellano, José Jiménez Lozano, gana el Premio de las Letras

El escritor obtuvo el galardón tras siete votaciones del jurado

El escritor José Jiménez Lozano (Langa, Avila, 1930) obtuvo ayer el Premio Nacional de las Letras Españolas 1992, destinado a "reconocer y galardonar el conjunto de la obra literaria de un autor español a lo largo de toda una vida en cualquiera de las lenguas españolas". Subdirector del periódico El Norte de Castilla, de Valladolid, ha sido premio de la crítica como autor de cuentos y premio Castilla y León de las Letras. El escritor, que no constaba entre los primeros candidatos al premio, obtuvo el galardón, dotado con cinco millones de pesetas, tras siete votaciones del jurado.

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El escritor José Jiménez Lozano (Langa, Avila, 1930) obtuvo ayer el Premio Nacional de las Letras Españolas 1992, destinado a "reconocer y galardonar el conjunto de la obra literaria de un autor español a lo largo de toda una vida en cualquiera de las lenguas españolas". Subdirector del periódico El Norte de Castilla, de Valladolid, ha sido premio de la crítica como autor de cuentos y premio Castilla y León de las Letras. El escritor, que no constaba entre los primeros candidatos al premio, obtuvo el galardón, dotado con cinco millones de pesetas, tras siete votaciones del jurado.

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Entre las obras de Jiménez Lozano destacan títulos como la novela La salamandra, Duelo en la casa grande o El sambenito; cuentos como El grano de maíz rojo, y ensayos como Meditación española sobre la libertad religiosa, La ronquera de Fray Luis o Los ojos del icono.Jiménez Lozano es escritor de gran categoría, pero que deliberadamente hace su obra discretamente en el pueblo vallisoletano de Alcazarén", dijo el miembro del jurado Miguel Delibes. "Seguro que hoy está por entre los trigales y se va a encontrar muy sorprendido por este premio".

Autor de una obra que supera la veintena de volúmenes, Jiménez Lozano ha compaginado la actividad literaria con el periodismo en El Norte de Castilla. "El periodismo es una plataforma privilegiada para muchas cosas, y da un gran sentido de la responsabilidad pública", manifestó tras recibir el Premio Castilla y León de las Letras en 1989. "Empecé tarde a escribir por miedo, porque había leído mucho y comparaba". Luego, ya convertido en autor polifacético afirmó que prefería el anonimato a la fama y siempre reiteró que no le gustaba ir a la moda "sino más bien al contrario; ya sé que hay que pagar un precio pero lo pago muy gustoso".

Jiménez Lozano, que obtuvo el galardón por mayoría tras siete votaciones, no figuraba entre los candidatos hechos públicos previamente (Pere Calders, José Filgueira, Juan David García Bacca, Ángel González, Juan Mari Lekuona, José Luis López Aranguren, Miquel Martí i Pol, Francisco Umbral, Ana María Matute, Claudio Rodríguez y Juan Benet). El jurado añadió en su debate las candidaturas de Jiménez Lozano, Joan Fuster, Juan Goytisolo, Rafael Alberti y José López Rubio.

El jurado estuvo compuesto por Federico Ibáñez, director general del Libro y Bibliotecas; Magdalena Vinet, directora del Centro de las Letras Españolas; Miguel Delibes, que obtuvo este mismo premio el año pasado y está estrechamente vinculado al ganador desde que ambos coincidieron al frente de El Norte de castilla; Franciso Rico (Real Academia Española); Domingo García Sabell (Real Academia Gallega); Enrique Krnorr (Real Acadernia de la Lengua Vasca); Albert G. Hauf (Instituto de Estudios Catalanes); Raúl Guerra (Asociación Colegial de Escritores); Rafael Conte (Asociación Española de Críticos Literarios), y personalidades del mundo de la cultura y de la Universidad como Antonio Buero Vallejo, Javier Marías, Gregorio Peces Barba, Carlos Sahagún y Ricardo Senabire.

"Lo raro es que hasta hoy el jurado no hubiera ejercido el derecho a presentar otras candidaturas", explicó Rafael Conte durante la conferencia de prensa que siguió a las deliberaciones del jurado. "Ello no significa que unos fueran los candidatos oficiales y otros no". También es de esa opinión Domingo García Sabell: "Se trata de una práctica habitual en premios de prestigio como el Príncipe de Asturias".

Espíritu cristiano

El escritor José Jiménez Lozano es un místico castellano, un prosista de gran fuerza y vigor, un espíritu cristiano amplísimo que recoge toda la herencia de la Ilustración española. Por otra parte, es uno de los más profundos novelistas ideológicos, no simplemente narrativo.Todas sus novelas se pueden clasificar, en el sentido ético cervantino, de brillantemente ejemplares. Toda su obra está llena de una esperanza utópica, de una conciencia de una perceptividad creciente del hombre. José Jiménez Lozano siempre ha confiado en el hombre concreto e individual y en su salvación futura.

No hay que olvidar que José Jiménez Lozano es el autor del libro Guía espiritual de Castilla, donde describe una castellanidad humilde y verdadera de un pueblo cristiano sin afán de dominio. Por eso, el autor suele afirmar que siempre escribe desde "un lugar desde el que dirigirse a los demás" y señala que como expresión del alma castellana su libro recuerda a los grandes espíritus castellanos que se adelantaron a los maestros de la sospecha: Marx, Freud, Nietzche... al descubrir que tras el nihilismo puede esconderse el todo: el Dios más profundo.

En una de sus novelas, San Benito, refleja la espiritualidad esencial castellana que él estima sobre todo armoniosa y conciliadora de las tres religiones fundamentales: cristiana, islámica y judaica.

Por último, se puede recordar que a José Jiménez Lozano ciertos espíritus ortodoxos le calificaron de demonio por haber asumido con extrema seriedad y profundidad hasta sus consecuencias últimas el espíritu del Concilio Vaticano Il.

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