LA CUMBRE DE LA TIERRA

10.000 millones de deuda, condonados al Tercer Mundo por proyectos ecológicos

El intercambio de la deuda que el Tercer Mundo ha contraído con los países desarrollados por programas de conservación de la naturaleza ha dado sus frutos: 10.000 millones de pesetas condonados entre 1987 y 1991, según el boletín de la Unesco, Notas sobre medio ambiente y desarrollo. Esta vía -deuda por naturaleza- puede ser una de las salidas a lo que será la negociación más ardua de la Cumbre de la Tierra: la ayuda monetaria del Norte hacia el Sur.

Rodrigo Gámez, director general del Instituto Nacional de Biodiversidid de Costa Rica (Inbio), lo dijo bien claro recientemente en Madrid:...

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El intercambio de la deuda que el Tercer Mundo ha contraído con los países desarrollados por programas de conservación de la naturaleza ha dado sus frutos: 10.000 millones de pesetas condonados entre 1987 y 1991, según el boletín de la Unesco, Notas sobre medio ambiente y desarrollo. Esta vía -deuda por naturaleza- puede ser una de las salidas a lo que será la negociación más ardua de la Cumbre de la Tierra: la ayuda monetaria del Norte hacia el Sur.

Rodrigo Gámez, director general del Instituto Nacional de Biodiversidid de Costa Rica (Inbio), lo dijo bien claro recientemente en Madrid: "Que los países en vías de desarrollo no esperen dinero de los industrializados si no les dan garantías de que hay una organización, de que existen proyectos concretos para invertir adecuadamente esos fondos". Costa Rica, con seis proyectos, representa 8.000 de los 10.000 millones de pesetas que han sido condonados entre 1987 y 1991 por los intercambios deuda / naturaleza, según los datos publicados por Unesco. Inbio ha sido el gran beneficiario de estos fondos, en los que han participado desde el Fondo Mundial para la Conservación de la Naturaleza (WWF) y los Gobiernos de Holanda y Suecia hasta el Banco Corporativo de Costa Rica, el City Bank, el Swiss Bank y el American Express Bank.Ecuador ha cambiado 1.000 millones de deuda. A Madagascar se le han canjeado 310 millones por hacer inventario de las especies en peligro de extinción; a Zambia, 227 millones por proteger rinocerontes y elefantes; y a Filipinas, 130 para la reserva de Putawuu. Polonia negocia con el Club de París para intercambiar el 10% de su deuda a los acreedores oficiales occidentales por un fondo para el control de la contaminación. Son los programas más representativos.

Cómo encauzar las ayudas monetarias del Norte al Sur para un desarrollo sostenible es uno de los principales puntos de fricción de la Cumbre de la Tierra. Los organizadores de esta reunión calculan que de aquí al año 2000 será necesario que los países desarrollados aporten 13 billones de pesetas anuales a los no desarrollados; bastante más del doble de lo transferido ahora. El Norte califica estas aspiraciones de irrealistas. Hasta ahora, las cifras adelantadas son sensiblemente inferiores.

El Tercer Mundo debe en torno a los 1,5 billones de dólares (casi la mitad de su PNB colectivo). Entre 1982 y 1988, el mundo en vías de tesarrollo pagó 830.000 millones de dólares en intereses, bastante más de lo que originalmente pidió prestado.Brasil, que cuenta con un 30% de los bosques tropicales del mundo -un auténtico tesoro biológico-, es el mayor deudor de los países en desarrollo, según datos del Banco Mundial.

Los canjes por programas de conservación son bien recibidos pero con matizaciones. Las críticas del WWF se centran en lo complicado de su negociación. La técnica consiste en la adquisición de la deuda externa oficial por parte de las instituciones interesadas en participar y con un descuento importante (hasta del 80%); posteriormente es transformada en fondos en moneda local con fines conservacionistas.

Carlos G. Vallecillo, de Adena (sección española del WWF), comenta dos de los principales obstáculos: "Los países en vías de desarrollo son partidarios, en su mayoría, de que la deuda debe ser anulada sin más, sin condiciones. Además, muchos sienten estos canjes como una nueva fórmula de colonialismo". Otras críticas se centran en el impacto sobre las tasas de inflación. Países como Alemania ya se han mostrado partidarios de condonar un 50% sin condiciones. El economista y escritor José Luis Sampedro comenta: "Estoy a favor de todo lo que sea una cesión del Norte al Sur, pero me parece insuficiente. Mientras los valores de nuestra sociedad sean los del beneficio económico y el lucro a corto plazo, la naturaleza está perdida".

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