Francisco Nieva, primer autor teatral que recibe el Premio Príncipe de Asturias de las Letras

El dramaturgo Francisco Nieva (Valdepeñas, Ciudad Real, 1927) fue galardonado ayer con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras como reconocimiento a "su continuidad renovadora de la mejor tradición teatral española, por su creación verbal y su invención de espacios escénicos". Esta es la primera vez en sus 12 años de existencia que el Príncipe de Asturias de las Letras se concede a un autor teatral. Nieva trabajaba ayer tranquilamente en su casa de Madrid en el montaje de una nueva obra, Los españoles bajo tierra, de la que es escritor, director, escenógrafo, autor de los figurines y de l...

El dramaturgo Francisco Nieva (Valdepeñas, Ciudad Real, 1927) fue galardonado ayer con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras como reconocimiento a "su continuidad renovadora de la mejor tradición teatral española, por su creación verbal y su invención de espacios escénicos". Esta es la primera vez en sus 12 años de existencia que el Príncipe de Asturias de las Letras se concede a un autor teatral. Nieva trabajaba ayer tranquilamente en su casa de Madrid en el montaje de una nueva obra, Los españoles bajo tierra, de la que es escritor, director, escenógrafo, autor de los figurines y de los trajes. Un buen ejemplo de lo que él mismo define como la totalidad de su entrega al teatro.

Nieva, que ya fue candidato en anteriores ediciones al Premio Príncipe de Asturias de las Letras que se le otorgó ayer, obtuvo cinco de los ocho votos del jurado reunido en Oviedo. El poeta asturiano Carlos Bousoño obtuvo los otros tres.Miembros del jurado explicaron que en las votaciones realizadas se habían producido empates y desempates sucesivos. Junto a Francisco Nieva y a Carlos Bousoño resultaron prefinalistas el poeta Claudio Rodríguez y la novelista Rosa Chacel. Al galardón concurrieron 45 candidaturas procedentes de España y países de Hispanoamérica. El Príncipe de Asturias de las Letras está dotado con cinco millones de pesetas y la reproducción de una escultura de Joan Miró, y será entregado el próximo octubre en Oviedo en un acto presidido por el Príncipe de Asturias.

Francisco Nieva agradeció ayer la distinción desde Madrid. "Los premios son importantes en la juventud", dijo, "y, luego, no es que les quite importancia, pero no sirven para ligar. ¿De qué te sirve ser Príncipe de Asturias si no puedes ir por ahí robando corazones y voluntades?" Según Nieva, en la juventud ser premiado sirve más porque da seguridad. Él empezó tarde a recibir distinciones y con ellas se calmó un poco, según dice, porque tenía muchas dudas sobre sí mismo. Precisa que esas dudas siguen existiendo.

En opinión del poeta mexicano Octavio Paz, presidente del jurado, "no abundan los autores de teatro en este final de siglo, y uno de ellos es Francisco Nieva, que prolonga la tradición teatral de Valle Inclán y, en cierto modo, de Lorca, lo que llamamos tradición teatral hispánica, que se une con la universal.

La España negra de la que ha hablado Nieva en varias obras teatrales, y que "está muy enterrada, afortunadamente", según dice, se retorna en su última obra, Los españoles bajo tierra, que se presentará en la Expo de Sevilla el 2 de septiembre. "Es una farsa entre cómica y lírica, un poco mi estilo de teatro", dice el dramaturgo. "Esa España que yo detesto puede volver, pero tengo la impresión de que el pueblo español se ha vuelto ya verdaderamente democrático".

Como resumen de toda su obra, el autor de La carroza de plomo candente y Coronada y el toro considera que su escritura es moderna, "y el tema relativamente lo es". En su opinión, lo que importa es la textura y su teatro sigue esa línea. "Y el tema de la España negra, que se repite como conciencia de lo que no debe volver", dice, "me da pie a soluciones cómicas que la gente comprende muy bien porque las siente próximas".

Nieva explica que ha abogado siempre, instintivamente, por la libertad sexual y una mayor incidencia de la mujer en el mundo y sus creaciones. Ha tratado también de reflejar en su teatro, y pone como ejemplo Malditas sean Coronada y sus hijas, cómo el amor se escapa, "la inaprensibilidad del amor". "En otras obras", añade, "se hace burla y exaltación del mundo de lo sexual, que me sirve para caracterizar personajes. Porque vamos marcados por una ambición y deseo de origen sexual, y eso crea la personalidad de la mayoría de las gentes".