Cartas al director

Aclaración de la Embajada de Argelia

He leído con mucha amargura la "información" publicada en primera página, en su edición del jueves 6 de febrero de 1992 [en la primera edición], según la cual el señor presidente del Gobierno hubiera expuesto al señor Li Peng, primer ministro de la República Popular de China, el problema de la cooperación argelino-china en el aspecto nuclear.Este tema, objeto de una campaña de desinformación antiargelina (¿y antichina?) hace algunos meses, fue dejado de lado por sus iniciadores cuando los hechos fueron esclarecidos tanto por el Gobierno argelino como por las altas autoridades de la Agencia Int...

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He leído con mucha amargura la "información" publicada en primera página, en su edición del jueves 6 de febrero de 1992 [en la primera edición], según la cual el señor presidente del Gobierno hubiera expuesto al señor Li Peng, primer ministro de la República Popular de China, el problema de la cooperación argelino-china en el aspecto nuclear.Este tema, objeto de una campaña de desinformación antiargelina (¿y antichina?) hace algunos meses, fue dejado de lado por sus iniciadores cuando los hechos fueron esclarecidos tanto por el Gobierno argelino como por las altas autoridades de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) en Viena, así como por el Departamento de Estado norteamericano.

Esperaba que el periódico EL PAÍS, órgano áe prensa prestigioso y escuchado por la opinión pública, hiciera también justicia de esta calumnia. Pero este órgano no sólo no ha renunciado a sus acusaciones contra Argelia afirmando contra toda evidencia que quería dotarse de armamentos nucleares, sino que ha ido más allá de todo límite escribiendo el día 6 de febrero que esta cuestión ha sido abordada por el señor González con su homólogo chino. Creo que el rotundo desmentido del presidente ha sido claro y firme para confundir a los responsables de su periódico en cuanto a esta "información" (recogida desgraciadameinte con buena fe por otros órganos de prensa). Este desmentido debería igualmente, al menos así lo espero, avisar a sus lectores de que la verdad (y no hay más que una) puede ser acomodada por su periódico en función de objetivos políticos e intereses precisos.

Como lector, créame que lamento esta imagen que su órgano ha dado de sí mismo el jueves 6 de febrero, y como representante de Argelia debo de velar para que mi país, que tiene con España excelentes relaciones basadas sobre la amistad, el interés recíproco, las afinidades históricas y el buen vecindario geográfico, no sea utilizado y manipulado con el fin de suscitar la desconfianza y la hostilidad hasta a nivel de sus lectores, hacia los cuales sólo tengo estima y respeto.

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Espero que, alentado por los mismos sentimientos, acepte esta aclaración periodística.-

Embajador de la República Argelina Democrática y Popular.

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