"Los problemas del teatro no se resuelven únicamente con más dinero"

DIEGO MUÑOZ Pregunta. ¿Cuál es su opinión sobre la huelga del 12-D y el manifiesto de la Plataforma de la Cultura que, entre otras, pide el "reforzamiento" del Ministerio de Cultura?

Respuesta. No se puede estar en contra del manifiesto. Otra cosa es que eso signifique que se deba hacer una huelga, que corresponde al ejercicio individual de la libertad. Lo que, ocurre es que los problemas del teatro, concretamente, son unos temas complicados en un estado complicado. Me explico: este Estado ha pasado de no tener Ministerio de Cultura (lo que existía era Información y Turism...

DIEGO MUÑOZ Pregunta. ¿Cuál es su opinión sobre la huelga del 12-D y el manifiesto de la Plataforma de la Cultura que, entre otras, pide el "reforzamiento" del Ministerio de Cultura?

Respuesta. No se puede estar en contra del manifiesto. Otra cosa es que eso signifique que se deba hacer una huelga, que corresponde al ejercicio individual de la libertad. Lo que, ocurre es que los problemas del teatro, concretamente, son unos temas complicados en un estado complicado. Me explico: este Estado ha pasado de no tener Ministerio de Cultura (lo que existía era Información y Turismo), a tenerlo, y en un Estado ya absolutamente descentralizado que, en estos momentos, distribuye el gasto público así: 60% el Estado; 25% las autonomías; y 15% los ayuntamientos. Y esto significa una redistribución del poder.

P. Pero lo innegable es que el Ministerio de Cultura tiene sólo asignada una fracción de esa cifra, el 0,6% del presupuesto. ¿No exige esto una reflexión política?

R. Sí, pero si usted coge el dinero que la Administración pública, dejando aparte ayuntamientos, o sea, el dinero que los gobiernos central y autonórnicos dedican a la cultura, sale una cifra importante. El problema es que el poder de decisión se ha disgregado. Es decir, que una decisión del Gobierno francés afecta a todo el Estado francés, mientras aquí no. Si obviamos eso, creo que no se dedica suficiente dinero a la cultura. Pero, insisto, en que ése no es el problema. La pregunta sería: ¿Con más dinero se restielve el problema del teatro y la música? Y yo creo que no, que únicamente con más dinero no se resuelve.

P. ¿Porqué no?

R. Porque los problemas son otros y, el principal, se remonta a la historia de España: desde la aparición de la televisión, se va menos al teatro. También está la escasez de escuelas de teatro.

P. El recorte de 5.000 millones de pesetas al prespuesto de Cultura de.1992, ¿es un hecho consumado?

R. Todavía está el presupuesto en el Senado. En su paso .por el Congreso lo que ha menguado ha siso el recorte que, creo, ha quedado en sólo 1.000 millones, tras las enmiendas presentadas por el grupo socialista.. Y el objetivo del ministro es que no exista ningún recorte.

P. ¿Cuáles ion las cantidades que va a tener el INAEM?

R. Alrededor de 12.000 millones de pesetas, repartidos en unos 7.000 para música y danza, y unos 5.000 para teatro.

P. ¿Pero los actores hablan de que habrá un 24% menos de ,subvenciones al teatro?

R. Según el proyecto del presupuesto que, insisto, puede ser corregido en el Senado y quedar sin recortes,.puede parecer que lo que se ve más afectado es el teatro, pero hay un dato que no se tiene en cuenta, y es que en 1992 el gasto en el teatro Real es muchísimo. La idea del ministro es que nos mantengamos igual que en 1991, con unos 55.000 millones.

P. ¿Se encuentra usted cómodo, después de un año al frente del INAEM, el cambio de ministro, el recorte en lugar del aumento presuuestario que pedía Semprún ... ?

R. Me encuentro cómodo, porque creo que se pueden hacer cosas. La política de Cultura se debe readaptar al Estado de las autonomías y definir qué debemos subvencionar o no.

P. ¿No apostará por desmantelar el Ministerio?

R. Para nada, al revés. Cada vez tengo más clara la necesidad del Ministerio de Cultura, y que el Estado tiene que defender la cultura.

P. Coincidiendo con la rebelión de los actores, aparecieron declaraciones, incluso del ministro, solidarizándose con ellos. ¿Qué pensaba usted?

R. Yo no he dicho nada porque, en política, hay que ser muy prudente. Pero, aunque no hay solución fácil, estoy dispuesto a negociar.