EDUCACIÓN

Dos niños con anticuerpos de sida sufren problemas de escolarización en Valencia

Miguel Ángel Guerrero Falcó, un niño de cinco años portador de anticuerpos del sida, ha visto retrasada su entrada al colegio público Miguel Servet de Elda (Alicante) al carecer de la certificación médica sobre su estado de salud. La directora del centro, Matilde Ruiz, explicó ayer que el pequeno podrá acudir a sus clases de segundo de preescolar sin ningún problema en el momento en que presente el certificado, que se pide a todos los alumnos cuando inician su escolarización. La Generalitat valenciana señaló, por otra parte, que garantizará el derecho a la educación del pequeño "sea como sea",...

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Miguel Ángel Guerrero Falcó, un niño de cinco años portador de anticuerpos del sida, ha visto retrasada su entrada al colegio público Miguel Servet de Elda (Alicante) al carecer de la certificación médica sobre su estado de salud. La directora del centro, Matilde Ruiz, explicó ayer que el pequeno podrá acudir a sus clases de segundo de preescolar sin ningún problema en el momento en que presente el certificado, que se pide a todos los alumnos cuando inician su escolarización. La Generalitat valenciana señaló, por otra parte, que garantizará el derecho a la educación del pequeño "sea como sea", informa Adolf Beltrán.Otro pequeño sufre marginación escolar en Masalvés (Valencia) donde un grupo de padres de alumnos del colegio Blasco Ibáñez se han negado a llevar a sus hijos al centro mientras asista a clase Ismael García, de cuatro años y portador de anticuerpos del sida. De los 14 compañeros de Ismael, sólo acudieron a clase seis, después de que los padres intercambiaran información y adoptasen esa postura. La dirección del colegio no ha tomado nionguna decisión.

Miguel Ángel Guerrero es hijo de una joven heroinómana de 24 años que ya tiene desarrollado el sida. El lunes pasado fue por primera vez a clase. Ese mismo día la directora del colegio le dijo a la abuela del niño, Amor Falcó, que le faltaba parte de la documentación necesaria para efectuar la matrícula y que no llevara al pequeño al centro hasta que no tuviera todos los papeles. "Yo sabía", dijo Matilde Ruiz, "que el niño era portador del sida por los cotilleos de algunas madres, pero no le dije que no lo trajera por esta razón". El inspector de zona de la Consejería de Educación, la dirección del centro y representantes de los padres mantuvieron ayer por la mañana una reunión en la que se acordó garantizar la escolarización del pequeño una vez que su familia formalice la matrícula corrio el resto de los alumnos del centro.El presidente de la Asociación de Padres de Alumnos del centro, José Soriano, dijo escuetamente que no tomarán una decisión sobre la asistencia del resto de escolares hasta que no conozcan el informe médico. "Se decidirá en base a lo que diga el certificado", aseguró.El director general de Centros y Ordenación Educativa de la Consejería de Cultura, Pere Vilches, señaló que la Generalitat valenciana está a la espera del informe del inspector y de los médicos para adoptar la medidas necesarias. De todas maneras, Vilches afirmó que el Gobierno autónomo "garantizará el derecho constitucional del pequeño a la educación sea como sea", informa Adolf Beltran.

La directora del colegio Miguel Servet solicitará una entrevista con los médicos que atienden, al niño para conocer su estado de salud exacto, con objeto de tranquilizar a las madres y asegurar que no hay ningún riesgo de contagio para el resto de escolares. En la Comunidad Valenciana existen cerca de 300 niños portadores de anticuerpos del sida.

La noticia corrió ayer como reguero de pólvora entre las madres de Elda que esperaban a sus hijos a la salida del coleglo. Mientras algunas aseguraban ayer que no llevarían a sus pequeños a clase, otras, más comprensivas, decían que si no hay riesgo de contagio no tienen ningún inconveniente. "Si ningún niño se va a infectar con esta enfermedad, puede venir desde luego. Tampoco hay que marginarlo, porque él no tiene ninguna culpa. Si fuera un hijo mío no me gustaría que lo rechazaran", comentaba Carmen Rico, madre de una niña de primero de EGB.

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