Rusia y Ucrania, en desacuerdo con el último borrador de Tratado de la Unión

La Federación Rusa y Ucrania, las dos repúblicas eslavas que concentran los mayores efectivos humanos e industriales de la Unión Soviética, tienen serias discrepancias con el último borrador del Tratado de la Unión, un texto concebido como la base del Estado soviético, que reforzaría la posición internacional de Mijaíl Gorbachov de ser firmado antes de la cumbre de los Siete en Londres.

Tanto el presidente electo de la Federación Rusa, Borís Yeltsin, en una alocución ante el Parlamento de la República, como el presidente del Parlamento de Ucrania, Leonid Kravchuk, en una entrevista con ...

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La Federación Rusa y Ucrania, las dos repúblicas eslavas que concentran los mayores efectivos humanos e industriales de la Unión Soviética, tienen serias discrepancias con el último borrador del Tratado de la Unión, un texto concebido como la base del Estado soviético, que reforzaría la posición internacional de Mijaíl Gorbachov de ser firmado antes de la cumbre de los Siete en Londres.

Tanto el presidente electo de la Federación Rusa, Borís Yeltsin, en una alocución ante el Parlamento de la República, como el presidente del Parlamento de Ucrania, Leonid Kravchuk, en una entrevista con el diario Trud, expresaron ayer sus divergencias con el proyecto de tratado concertado en la villa de Novo Ogoriovo por los representantes de nueve repúblicas soviéticas y el Kremlin.Sin embargo, las perspectivas de ambos dirigentes expresaban matices significativos. Yeltsin, acosado por las reivindicaciones nacionalistas de Tatarstán y Bashkiria, se inclina más hacia la conservación de la Unión Soviética como Estado federal y parece más cercano hoy de Gorbachov que de los líderes de repúblicas periféricas soviéticas. Kravchuk, que es presionado por sus propios nacionalistas ucranianos, dibujaba una visión de futuro que se asemeja a la Comunidad Económica Europea.

Yeltsin explicó ayer tres de los cinco puntos de divergencia que, según dijo, existen entre las repúblicas y el centro. Se trata de los sujetos firmantes del tratado, la ciudadanía y el sistema de impuestos. En lo referente a los firmantes, la República Autónoma de Bashkiria (en territorio de la Federación Rusa) se ha sumado a Tatarstán en su empeño de firmar por su cuenta el tratado, al margen de la delegación rusa. El problema de la ciudadanía viene dado por la dificultad de compaginar la ciudadanía de las repúblicas subordinadas a la Federación Rusa con la ciudadanía de Rusia y la ciudadanía soviética. En cuanto a los impuestos, la cuestión reside en la insistencia del centro en crear un impuesto federal que permitirá a Moscú recaudar directamente de las empresas y otros sujetos económicos, al margen del control de las repúblicas. Rusia quiere un impuesto único que le permita ejercer el control sobre el presupuesto delegado al centro.

El líder ucraniano manifestó a Trud que sólo el presidente de la URSS debe firmar el Tratado de la Unión en representación del centro, y para fijar la continuidad de las obligaciones internacionales de la URSS. "Los representantes de las estructuras que deben morir o reorganizarse no tienen derecho a firmar el nuevo tratado", manifestó Kravchuk.

Kravchuk rechazó la participación de Ucrania en el reparto de la deuda exterior soviética entre las repúblicas y también la concepción "puramente federal" del Estado contenida en el último borrador.

A primera hora de la tarde de ayer, tropas especiales soviéticas del Ministerio del Interior (OMON) ocuparon las instalaciones de la central de teléfonos de Vilna, capital de Lituania, durante tres horas. Vitali Gromov, viceministro de Interior soviético, declaró que en la central se habían encontrado 17 fusiles.

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