Istkveren se enfrenta a la falta de agua y a la desesperación de los kurdos

Mamud Yidrim, director del campamento de refugiados de Istkveren (Turquía), que come pistachos con desesperación mientras informa sobre la logística del campamento, subraya que uno de sus principales problemas es el agua y convencer a los kurdos de que habrá comida suficiente para todos ellos si su reparto se efectúa bajo control. "Están tan desesperados que temen comer hoy y mañana no. Por eso acaparan todo lo que pueden".Yildrim indica que 100 doctores turcos y otras tantas enfermeras y 50 médicos de diferentes nacionalidades atienden a los refugiados. Treinta tractores participan en los tra...

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Mamud Yidrim, director del campamento de refugiados de Istkveren (Turquía), que come pistachos con desesperación mientras informa sobre la logística del campamento, subraya que uno de sus principales problemas es el agua y convencer a los kurdos de que habrá comida suficiente para todos ellos si su reparto se efectúa bajo control. "Están tan desesperados que temen comer hoy y mañana no. Por eso acaparan todo lo que pueden".Yildrim indica que 100 doctores turcos y otras tantas enfermeras y 50 médicos de diferentes nacionalidades atienden a los refugiados. Treinta tractores participan en los trabajos de acondicionamiento del campo, y 10 camiones cisterna de tres toneladas aparcan cada día en diferentes puntos de las montañas, a cuyo grifo se forman largas colas. El funcionario turco cuenta con 30 ambulancias y 12 personas que le ayudan en el papeleo. Otro centenar se ocupa de funciones diversas. Un capitán que asiste a la conversación agrega que "hay soldados suficientes para controlar el área. ¿Quieren ustedes recibir algunos refugiados kurdos en España?".

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El Ejército turco ha establecido su base con un centenar de tiendas de campaña en la llanura desde la que se sube a los campamentos de refugiados. Hay varios puntos de control, y los kurdos no pueden salir de las instalaciones si no cuentan con la correspondiente autorización.

"Sin embargo, aquellos que saben turco tienen mucha más facilidad para salir y tienen más preferencias que nosotros", dice uno de los refugiados, que no quiere dar su nombre. El director del campo reconoce que hay peleas todos los días, pero que la situación ha mejorado. Mamud Yildrim alega que, además del agua, las medicinas son otra de las carencias más fundamentales.

[Un refugiado iraquí murió y otros cinco resultaron heridos ayer por los disparos de soldados turcos en un campamento situado cerca de la frontera. Los enfrentamientos se produjeron cuando los soldados controlaban el reparto de comida entre 60.000 kurdos, informa Reuter).

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