MÚSICA CLÁSICA

El arquitecto de los sonidos

Al cumplirse un año de su muerte, el arquitecto José María García de Paredes (Sevilla, 1924-Madrid, 1990) recibió el miércoles un significativo homenaje en el Auditorio Nacional que él mismo creara. Ningún sonido mejor para recordar a García de Paredes que el del órgano, parte importante de la arquitectura y alma de una sala de audiciones musicales. En manos del catedrático y director del Real Conservatorio, Miguel del Barco, sonaron más de cuatro siglos de historia, desde Antonio de Cabezón y Aguilera de Heredia hasta Manuel Castillo y Oliver Pina.Desde que imaginó el centro Manuel de Falla p...

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Al cumplirse un año de su muerte, el arquitecto José María García de Paredes (Sevilla, 1924-Madrid, 1990) recibió el miércoles un significativo homenaje en el Auditorio Nacional que él mismo creara. Ningún sonido mejor para recordar a García de Paredes que el del órgano, parte importante de la arquitectura y alma de una sala de audiciones musicales. En manos del catedrático y director del Real Conservatorio, Miguel del Barco, sonaron más de cuatro siglos de historia, desde Antonio de Cabezón y Aguilera de Heredia hasta Manuel Castillo y Oliver Pina.Desde que imaginó el centro Manuel de Falla para Granada, García de Paredes se convirtió en nuestro "arquitecto de la música", con la sala Villanueva del Museo del Prado, el Auditorio mádrileño y el Palau de la Música de Valencia, además de los proyectos en marcha de Ordino (Andorra), Centro de Congresos de Murcia, Teatro en las Hoces de Cuenca, más las propuestas para la ópera de Madrid y el Palacio de los Festivales de Santander, presentadas y expuestas en maqueta.

El conjunto nos da una panorámica del pensamiento arquitectónico y musical de García de Paredes. Ligado por matrimonio a la familia Falla, de su legado artístico aprendió o profundizó su amor por los espacios limpios y austeros, las líneas sencillas y la ausencia de lujo y vanidad. Sobre el mismo tema versó su discurso de ingreso en la Academia (le Bellas Artes de San Fernando. En palabras precisas y sencilas, Como su obra, expuso de entrada una declaración de principios: la natural satisfacción del arquitecto al trabajar y vivir en el mundo musical para ordenar la materia en el espacio de igual modo que la música ordena los sonidos en el tiempo.

El mundo musical recordará siempre con especial afección a García de Paredes. Nos dejó sus obras, y en una de ellas especialmente relevante se le ha recordado ahora a través del sonido de tinos órganos que él proyectó pero que no llegó a escuchar.

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