El vibrión y la leyenda

"¿Adónde váis? ¿Al hospital? ¡Cogeréis el cólera!", increpa un bajito bigotudo en dialecto árabe a dos muchachos enfrenta la verja blanca del hospital Civil de Tetuán. "¡Ojalá lo cojas tú!", le respondieron de buen grado. Un muchacho explica en español, cuando se aleja de allí, que se va a poner la vacuna "por si acaso".Dentro del hospital, de unas 500 camas, hay un médico, encargado del traslado del primer caso de cólera registrado en Ceuta, que firma carnés internacionales de vacunación, aunque no suelta prenda y afirma que se pide el documento anticolérico en la península. Quien asegura ser...

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"¿Adónde váis? ¿Al hospital? ¡Cogeréis el cólera!", increpa un bajito bigotudo en dialecto árabe a dos muchachos enfrenta la verja blanca del hospital Civil de Tetuán. "¡Ojalá lo cojas tú!", le respondieron de buen grado. Un muchacho explica en español, cuando se aleja de allí, que se va a poner la vacuna "por si acaso".Dentro del hospital, de unas 500 camas, hay un médico, encargado del traslado del primer caso de cólera registrado en Ceuta, que firma carnés internacionales de vacunación, aunque no suelta prenda y afirma que se pide el documento anticolérico en la península. Quien asegura ser el responsable sanitario de la provincia de Tetuán-cuya capital, a 38 kilómetros de Ceuta, cuenta con 300.000 habitantes- no dice una cifra de enfermos ni atado.

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Dos mujeres en chilaba, perfumadas con un denso olor a orines, pestañean al sol matinal en el barrio Málaga de la ciudad. A sus pies varios cubos de plástico con agua que acaban de recoger en una fuente que escapa a la vista. Aquí, en cambio, hay otra fuente seca, queparece haber sido clausurada "¿Cólera?". "Colera, colera" responden aprisa y segurísimas, quitándole el acento a la palabra. En su media lengua castellana y con los dedos quieren- decir que hay muchos en fermos y algún muerto.

Hay cólera en Tetuán, pare ce ser de dominio público, lo que varía son las cifras y la imaginación, sea o no fabuladora. "Hay 700 en el hospital", asegura un vendedor de bolsos del centro, "pero a esta gente les da igual que se les mueran", dice desentendiéndose.

Una joven musulmana, Zarida, con su hijo en brazos, espera al marido en el lado marroquí de la frontera. Dice que hay muchos muertos. El marido sube al coche y afirma que el cólera "viene de la costumbre de comer higos por las mañanas".

Mientras ofícialmente en Marruecos no hay más afectados por el vibrión del cólera que los declarados a la Organización Mundial de la Salud, en Fez, Mequinez y Taza parece moverse todo en el amplio terrreno de las noticias oficiosas. Técnicos próximos al Ministerio de Sanidad marroquí reconocen el foco en Tánger y Tetuán, plazas muy cercanas a la española.

El cónsul de España en la ciudad marroquí ha hecho acopio de suero y antibióticos en previsión de que exista algún caso entre el millar de españoles que habitan en Tetuán. El jefe del gabinete técnico de la Delegación del Gobierno en Ceutal" Luis Fernando Colás, y otros colaboradores, quizás sumidos en la preocupación, ven en una fuente marroquí en la carretera que conduce a Tánger la leyenda en árabe "este agua no es para beber", cuando en realidad dice "agua potable, no lavarse", en tinta roja.

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