La crisis del Golfo amenaza los restos arqueológicos de la cuna de la civilización

Irak ha almacenado bombas químicas junto a la legendaria ciudad de Nínive, en el valle del Tigris

Sadam Husein, sucesor de gobernantes de la antigua Mesopotamia como Gilgamesh y Hammurabi, ha cubierto de nubes los proyectos de exploración de aquellas civilizaciones que produjeron la primera escritura y los más tempranos experimentos agrícolas y de vida urbana. Aunque los generales y diplomáticos probablemente dedican -entre las consecuencias de la invasión de Kuwait por parte de Irak- escasos pensamientos a la arqueología, los investigadores ven implicaciones Éufrates para la búsqueda en el valle del Tigris y el Eufrates, espacio en el que dio comienzo la historia.

Si Irak fuese ata...

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Sadam Husein, sucesor de gobernantes de la antigua Mesopotamia como Gilgamesh y Hammurabi, ha cubierto de nubes los proyectos de exploración de aquellas civilizaciones que produjeron la primera escritura y los más tempranos experimentos agrícolas y de vida urbana. Aunque los generales y diplomáticos probablemente dedican -entre las consecuencias de la invasión de Kuwait por parte de Irak- escasos pensamientos a la arqueología, los investigadores ven implicaciones Éufrates para la búsqueda en el valle del Tigris y el Eufrates, espacio en el que dio comienzo la historia.

Si Irak fuese atacado por fuerzas occidentales, dijeron los arqueólogos, bombas y misiles podrían amenazar varias ruinas importantes que están situadas cerca de núcleos militares, incluyendo lugares donde numerosas bombas químicas son manufacturadas o almacenadas. Uno de éstos, la moderna ciudad de Mosul, al otro lado del Tigris desde la antigua Nínive y cerca de Nimrud.Además de las ruinas de barro y ladrillo de templos y pirámides han emergido durante el último siglo las huellas de ciudades cuyos nombres evocan el nacimiento de la civilización humana: Babilonia y Kish, Nimrud y Nipur, Ur y Uruk.

El trabajo en todos los emplazamientos arqueológicos ha sido suspendido ahora, como habitualmente durante la calurosa estación veraniega, hasta noviembre o diciembre. Pero los responsables de los más importantes proyectos temen no volver a ver este año ni en un futuro inmediato las excavaciones, y expresan su preocupación ante la posibilidad de que el estallido de una guerra ponga en peligro ruinas inapreciables de las culturas sumeria, babilónica o acadia de 5.000 años atrás.

De momento las obras en curso son inviables porque los trabajadores, en especial picapedreros, eran egipcios y sudaneses en su abrumadora mayoría, y hoy se han visto obligados a regresar a sus países.

En especial la carencia se hace notar en las ruinas de Babilonia, donde Sadam Husein estaba tratando de crear una reconstrucción totalmente discutible desde el punto de vista histórico pero sin duda a medida de la imagen que pretende tener de sucesor del gran Nabucodonosor.

Los arqueólogos están especialmente preocupados porque se cree que algunas instalaciones militares iraquíes, probables dianas en un ataque de Estados Unidos, se encuentran cerca de importantes núcleos arqueológicos. Y también han mostrado su temor por cuanto la crisis pudiera fomentar una inestabilidad en la zona que interrumpiese los trabajos en Jordania, Siria y otros países de la zona.

Theresa Howard-Carter, una autoridad en antigüedades kuwaitíes en el museo universitario de la Universidad de Pensilvania, expresó su temor de que un saqueo masivo en Kuwait City destruiría el nuevo museo a cuyo desarrollo ha contribuido. Por lo que respecta a ella, dijo: "No sé qué hacer. Llevo 18 años de trabajo sobre la arqueología de los Estados del Golfo".

Elizabeth C. Stone, de la Universidad del Estado de Nueva York en Stony Brook, dijo que Irak es "la pieza central en arqueología, con lugares tremenda mente ricos y esas clases de re sultados que satisfacen enormemente". Stone tenia razones para estar frustrada, ya que ella y sus colegas habían descubierto recientemente la ciudad perdida de Mashkan-Shapir y sólo habían podido crear una base allí.

Donald Hansen, un arqueólogo del Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York y líder de las excavaciones en Irak en la antigua ciudad mesopotámica de Lagash, dijo: "El cielo sabe cuándo volveremos". Hansen justo había reanudado este año su trabajo de campo, junto a otros expertos del Metropolitan Museum of Art, después de la interrupción que supuso la guerra entre Irán e Irak, que duró de 1980 a 1988.

Arqueólogos estadounidenses se mostraron escépticos ante la idea de que ellos o sus colegas europeos pudieran obtener permisos para trabajar en Irak en breve. Incluso si se les fuera permitido, añadieron, sería temerario excavar allí hasta que baje la tensión.

Así, todas las excavaciones seguramente permanezcan paralizadas y tal vez el único trabajo arqueológico que continuará sea la restauración de la antigua Babilonia, un proyecto iraquí.

Diversos arqueólogos dijeron que no estaban preocupados porque la suspensión de las excavaciones un año o dos pudiera dañar seriamente los lugares, que están protegidos por guardias y cuidadores, pero Stone se lamentó de que las maniobras militares en la guerra Irán-Irak estuvieron en ocasiones dirigidas peligrosamente cerca de unas ruinas de 4.000 años. "Volvimos y encontramos muchas trincheras y cascos de morteros en los alrededores", recordó.

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