El aniversario del golpe militar sigue dividiendo a los chilenos

El aniversario del golpe militar del 11 de septiembre de 1973, que aupó en el poder al general Augusto Pinochet, fue ayer nuevamente una fecha de división de los chilenos. Los pinochetistas la celebraron en teatros y en algunas calles de los barrios elegantes de Santiago. Cementerios situados a lo largo de Chile, en cambio, recibieron a los que recordaron la fecha como el día en que la democracia fue aplastada.

Martes también como hace 17 años, este primer once en democracia estimuló el reconocimiento de un militar golpista al valor del ex presidente Salvador Allende, que se ...

El aniversario del golpe militar del 11 de septiembre de 1973, que aupó en el poder al general Augusto Pinochet, fue ayer nuevamente una fecha de división de los chilenos. Los pinochetistas la celebraron en teatros y en algunas calles de los barrios elegantes de Santiago. Cementerios situados a lo largo de Chile, en cambio, recibieron a los que recordaron la fecha como el día en que la democracia fue aplastada.

Martes también como hace 17 años, este primer once en democracia estimuló el reconocimiento de un militar golpista al valor del ex presidente Salvador Allende, que se suicidó en el Palacio de la Moneda, después de defender con las armas en la mano la democracia. La investigación de un religioso permitió conocer el coraje de otra víctima del golpe de Estado, el sacerdote catalán Joan Alsina, asesinado por los soldados en 1973.La muerte de Allende fue un acto de hombría, valiente ( ... ), tengo que reconocerlo francamente", sostuvo el general que atacó el Palacio de la Moneda hace 17 años, Javier Palacios. En una entrevista al semanario Apsi, Palacios, hoy en retiro, afirmó que Allende "era un gallo de pelea" que cumplió con su deber: "Eso no lo puede discutir nadie".

"Nunca olvidaré cuando le disparé a Alsina", contó el ayudante del coronel Mario Caravaz. Aisina, uno de los cinco curas asesinados por la dictadura, trabajaba en un hospital cuando fue detenido por los soldados, días después del golpe. Cuando otro cura español, el capellán Felipe Gutiérrez, indicó que Alsina era peligroso, Caravaz le trasladó junto al río Mapocho.

El sacerdote Joan Alsina iba tranquilo en el todoterreno, aunque sabía que le iban a matar. "Junto al puente de Bulnes, fui a vendarle los ojos. Recuerdo muy bien que Juan (así llamaban a Joan en Chile) me dijo: 'Por favor, no me pongas la venda y mátame de frente, que no tengo nada que esconder... Quiero verte y darte el perdón", relata el soldado en una investigación hecha por otro sacerdote, Miguel Jordá, pyblicada por el matutino La Época.

"Fue muy rápido", sigue el soldado, cuyo nombre no es revelado. "Levantó (Joan) su mirada al cielo, puso sus manos sobre el corazón y movió los labios como si estuviera rezando, y dijo: 'Padre, perdónales'. Le disparé la ráfaga y cayó al tiro". El soldado participó en muchas ejecuciones en el Mapocho, pero la de Alsina, afirma, no podrá olvidarla nunca, porque "sé que me perdonó".

La principal avenida de Santiago, La Alameda, fue testigo de la división ocasionada por esta fecha, que sigue figurando como fiesta nacional, tal vez por último año. En la víspera, miles de octavillas decían "Gracias por la democracia, 11 de septiembre. Lo sabrán nuestros hijos también". A poca distancia, los estudiantes chilenos encendían velas junto a una pancarta con la frase: " 11 de septiembre, vergüenza nacional".

El jefe de las Fuerzas Armadas y ex dictador, general Pinochet, pasa por sus días de mayor dificultad desde que el pasado mes de marzo dejó la presidencia. Diputados de la izquierda anunciaron que presentarán una acusación constitucional contra el general Pinochet para lograr su pase a retiro, y el Congreso investiga un pago del ejército en 1989 a Augusto Pinochet Hiriart, hijo del general, por 3,1 millones de dólares.