COLMENAR VIEJO

Ruido y toreo

El principio y el final del espectáculo en Colmenar estuvo ruidósamente amenizado por las peñas. Pero en el ruedo hubo toreros y también buen toreo, a cargo de Víctor Mendes y Enrique Ponce. .Mendes está en buen mo,mento: Seguro y puesto en los tres tercios. Con los rehiletes gana la cara con sinceridad, con el capote es variado y con la paflosa puede. En su primero tuvo que desistir enseguida, ya que el toro se quedaba corto por los dos pitones, lo intento de todas maneras, y remató con un eficaz espadazo medio al encuentro. En el segundo de su lote supo estar a la altura de un toro que fue m...

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El principio y el final del espectáculo en Colmenar estuvo ruidósamente amenizado por las peñas. Pero en el ruedo hubo toreros y también buen toreo, a cargo de Víctor Mendes y Enrique Ponce. .Mendes está en buen mo,mento: Seguro y puesto en los tres tercios. Con los rehiletes gana la cara con sinceridad, con el capote es variado y con la paflosa puede. En su primero tuvo que desistir enseguida, ya que el toro se quedaba corto por los dos pitones, lo intento de todas maneras, y remató con un eficaz espadazo medio al encuentro. En el segundo de su lote supo estar a la altura de un toro que fue muy bueno por los dos pitones. Se lo trajo hacia adentro y tiró bien de un burel que tuvo fijeza y temple.

Pereda / Esplá, Mendes, Ponce

Cuatro Toros de José Luis Pereda, bien presentados y de juego desigual; 1º de Campos Peña, manso, y 6º, como sobrero, de Jiménez Alarcón, mansote. Luis Francisco Esplá: silencio en los dos. Víctor Mendes: aplausos; oreja. Enrique Ponce: oreja; aplausos. Plaza de Colmenar Viejo, 25 de agosto. Primera de feria. Más de media entrada.

Ponce llegó a Colmenar precedido de su gesta valenciana y le fue fiel. El toreo en la cabeza, gusto y sobrado de técnica. Su primero, recortadito de pitones, fue noble y se encontró a un Ponce dedidido y facil. Corrió la mano con donosura y compuso con empaque. Una tanda de redondos, rematada con un cambio de mano, y el pase de pecho arrastrando la muleta por lomos del toro, le quedó impecable.

Ayudados por bajo, desplan tes airosos, y un abaniqueo con el que se adorna al terminar la faena. Al segundo, mansote y que a veces arreaba, le dio la lidia requerida y le sacó algunas tandas estimables, diciendole aquí estoy yo. Para Esplá fue el lote chusco y, en las dos ocasio nes que le correspondieron abrevió. Le salvó la tarde su colocación y fuerza con las banderillas.

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