ECOLOGÍA

Un informe oficial español rechaza la explotación de la Antártida

La comisión del programa de investigación de la Antártida, en la que están representados seis ministerios y cuya función es fiscalizar los trabajos científicos en el continente austral, está ultimando un informe en el que se recomienda al Gobierno que apoye de forma decidida la protección ecológica global de la Antártida, lo que supone un rechazo de las posturas que abogan por la explotación económica de sus recursos naturales. Esta toma de postura de la comisión fue hecha pública ayer en Santander por Ana Crespo, coordinadora del programa antártico y directora general del Ministerio de Ed...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La comisión del programa de investigación de la Antártida, en la que están representados seis ministerios y cuya función es fiscalizar los trabajos científicos en el continente austral, está ultimando un informe en el que se recomienda al Gobierno que apoye de forma decidida la protección ecológica global de la Antártida, lo que supone un rechazo de las posturas que abogan por la explotación económica de sus recursos naturales. Esta toma de postura de la comisión fue hecha pública ayer en Santander por Ana Crespo, coordinadora del programa antártico y directora general del Ministerio de Educación y Ciencia.

Crespo abrió, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, el seminario La Antártida, un continente para la ciencia, que supone en sí mismo una toma de postura. La directora general, coincidiendo con las conclusiones del citado informe, manifestó que era partidaria de que el Gobierno español mostrara su acuerdo a la propuesta franco australiana de convertir la Antártida en una gran reserva natural, aunque "con la suficiente flexibilidad" como para que sea posible llegar a un consenso por parte de los 24 miembros consultivos del tratado antártico, entre los que figura España desde 1988.

Explotación de minerales

La adopción de una postura es inevitable porque el próximo mes de noviembre se celebrará en Chile una conferencia extraordinaria clave para el futuro de la Antártida. En ella se debatirá el convenio de Wellington, de 1988, que regula la explotación de los recursos naturales, así como las propuestas franco-australiana y neozelandesa sobre protección ecológica del continente austral. La explotación de los recursos mineros está desde 1977 sometida a una moratoria que, en caso de no aprobarse las posturas decididamente conservacionistas "debería ser prorrogada para evitar que pudiera iniciarse la actividad económica", en opinión de Ana Crespo. Gran Bretaña, con apoyo de Estados Unidos y Japón, defiende decididamente que no se descarte la posibilidad de explotar los recursos antárticos, especialmente el petróleo.La directora general, investigadora hasta que accedió a puestos administrativos, explica: "Hemos tratado de excluir todo el dramatismo y evitado dar un sí o un no radical a la explotación de los recursos de interés económico". "Así", agrega, "lo que hicimos fue analizar y ponderar los datos para ver si, a corto y medio plazo, la actividad económica podía ser rentable. Nuestra conclusión es que no lo es".

En opinión de Crespo, la Antártida no es, en contra de lo que se ha dicho, el futuro de la Humanidad desde el punto de vista de los recursos. "Si bien", precisó, "supone el 10% de las tierras emergidas, no puede olvidarse que el clima es extremo y que esas tierras están cubiertas, de media, por más de 2.000 metros de hielo". Contra las posibilidades reales de explotar el petróleo del subsuelo marino, dijo que recientes estudios limitan la cantidad de hidrocarburos al 15% de las reservas detectadas en el Próximo Oriente, y subrayó que explotarlo resultaría carísimo.

"La Antártida", resumió Ana Crespo, "es muchísimo más importante para la ciencia fundamental que para su explotación". Y recordó que la especial preocupación que se observa en todo el mundo por el cambio climático en la Tierra es un nuevo apoyo a esta consideración. El informe de la comisión del programa antártico cita el deterioro de la capa de ozono (localizado sobre la Antártida) y el riesgo de disminución de la cobertura de hielo, como consecuencia del efecto invernadero. "Para España", agregó la directora general, la rentabilidad de la investigación científica está siendo grandiosa".

Archivado En