"107 años, ¡que barbaridad!"

Manolita Piña, de 107 años, la viuda de Joaquín Torres García y presidenta de la fundación que lleva el nombre del pintor, visitó por primera vez el nuevo museo la noche previa a la inauguración. La llevaron hasta el edificio del nuevo museo en coche y allí doña Manolita recorrió a paso lento todas las salas. Estaba tan feliz y emocionada que se marchó a casa sin hacer demasiados comentarios.

Al día siguiente, una de las señoras que la cuidan la reprendió por el susto que le había dado cuando volvió tan emocionada después de su visita al museo. Cuando el chófer la dejó en su casa, M...

Manolita Piña, de 107 años, la viuda de Joaquín Torres García y presidenta de la fundación que lleva el nombre del pintor, visitó por primera vez el nuevo museo la noche previa a la inauguración. La llevaron hasta el edificio del nuevo museo en coche y allí doña Manolita recorrió a paso lento todas las salas. Estaba tan feliz y emocionada que se marchó a casa sin hacer demasiados comentarios.

Al día siguiente, una de las señoras que la cuidan la reprendió por el susto que le había dado cuando volvió tan emocionada después de su visita al museo. Cuando el chófer la dejó en su casa, Manolita Piña cenó y se acostó como siempre, pero cuando todos en la casa se durmieron, ella se bajó sola de la cama y anduvo entre las sombras hasta que encontró el piano y se puso a celebrar la inauguración del museo con una melodía demasiado alegre para esa hora de la madrugada.

El sábado, un periodista le preguntó cuántos años tenía, y ella, después de hacerse repetir dos veces la pregunta, porque no le oía bien, dijo, con una actitud muy española y orgullosa: "Pues mire, la verdad es que no lo sé". "Dicen que ya he cumplido los 107 años ", continuó el periodista. "¡No!", se asombró ella, "yo no puedo tener tantos años; eso es una barbaridad".