El cielo y el infierno

Lleno total en el Pabellón del Real Madrid, por primera vez en estas fiestas de San Isidro, para ver a Modestia Aparte y Los Secretos. El viejo pabellón, repugnantemente sucio a medida que avanzan los conciertos, vio cómo en escena los grupos vivían instantes celestiales mientras el público se abrasaba en el infierno. Por fin se hizo justicia. Los Secretos fueron recibidos en su ciudad por un público entregado que supo valorar uno de los mejores repertorios del pop español. Fue hora y media de buenas canciones interpretadas por unos músicos que viven el mejor momento de su carrera.Instrumental...

Lleno total en el Pabellón del Real Madrid, por primera vez en estas fiestas de San Isidro, para ver a Modestia Aparte y Los Secretos. El viejo pabellón, repugnantemente sucio a medida que avanzan los conciertos, vio cómo en escena los grupos vivían instantes celestiales mientras el público se abrasaba en el infierno. Por fin se hizo justicia. Los Secretos fueron recibidos en su ciudad por un público entregado que supo valorar uno de los mejores repertorios del pop español. Fue hora y media de buenas canciones interpretadas por unos músicos que viven el mejor momento de su carrera.Instrumentalmente no se puede hablar de mejora. Los Secretos mantienen un nivel alto desde hace años. Ahora su juego favorito es combinar la técnica con el sentimiento, en busca de ese punto mágico que hace de cada canción un momento único. Esos instantes de inspiración y lucidez llegaron en diversos periodos de su actuación. Por el túnel y Quiero beber hasta perder el control rozaron la perfección, la primera en una maravillosa versión acústica y la segunda en un derroche de pasión.