Atractivo Bartok
Un monográfico Bartok, uno de los grandes clásicos de nuestro siglo, posee hoy gran atractivo que aumenta si las versiones están en manos de intérpretes nativos y, además, excelentes. La Sinfónica de la Radio de Budapest y su director, Andras Ligeti, acaban de explicarnos como resulta innecesario cargar las tintas para ir más allá de donde el compositor fue.En la Suite de danzas, Bartok dejó dicho cómo debe tratarse lo tradicional o, más exactamente, cómo hacer música nacional sin deuda alguna con elementos tópicos y banales. El Tercer concierto para piano y orquesta es todo un m...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Un monográfico Bartok, uno de los grandes clásicos de nuestro siglo, posee hoy gran atractivo que aumenta si las versiones están en manos de intérpretes nativos y, además, excelentes. La Sinfónica de la Radio de Budapest y su director, Andras Ligeti, acaban de explicarnos como resulta innecesario cargar las tintas para ir más allá de donde el compositor fue.En la Suite de danzas, Bartok dejó dicho cómo debe tratarse lo tradicional o, más exactamente, cómo hacer música nacional sin deuda alguna con elementos tópicos y banales. El Tercer concierto para piano y orquesta es todo un mensaje de serenidad tras tanta angustia biográfica sufrida por el compositor, que el pianista David Lively expuso con técnica nítida, juego preciosista, bella sonoridad y gran naturalidad expresiva, quizá incluso demasiada.
Orquesta Sinfónica de la RTV de Budapest
Director: A. Ligeti: Solista: D. Lively. Obras de B. Bartok. Auditorio Nacional. Madrid, 8 de mayo.
El director Andras Ligeti posee técnica gestual y unos conceptos siempre serios, rigurosos y comunicativos, aunque algo estilizados. A ello hay que unir una sensibilidad acústica de primer orden, lo que cuajó en resultados admirables, dignos de tantos aplausos como otorgó el público del auditorio madrileño.