Valor simbólico de un proyecto en Italia

J. J. N. A. La victoria del estudio barcelonés Martorell-Bohigas-Mackay en el concurso de Siena no sólo es importante por el prestigio de sus competidores en este proyecto arquitectónico, sino principalmente por las enormes dificultades que tradicionalmente han hallado las intervenciones arquitectónicas modernas en los centros históricos de las ciudades italianas, celosas de su armonía interna. Esto es particularmente cierto en el caso de ciudades atípicas, como Siena o Venecia. Tales dificultades no datan de años recientes, caracterizados por el énfasis en la conservación del patrimonio arqui...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

J. J. N. A. La victoria del estudio barcelonés Martorell-Bohigas-Mackay en el concurso de Siena no sólo es importante por el prestigio de sus competidores en este proyecto arquitectónico, sino principalmente por las enormes dificultades que tradicionalmente han hallado las intervenciones arquitectónicas modernas en los centros históricos de las ciudades italianas, celosas de su armonía interna. Esto es particularmente cierto en el caso de ciudades atípicas, como Siena o Venecia. Tales dificultades no datan de años recientes, caracterizados por el énfasis en la conservación del patrimonio arquitectónico, sino de siempre. Son famosos, en este sentido, los tres fracasos de arquitectos tan aclamados como Le Corbusier, Frank Lloyd Wright y Louis Kahn, que vieron frustrados sendos encargos para construir casas en Venecia por las rígidas regulaciones estilísticas de aquella ciudad.

Más información

Proyectos competidores

"Las Intervenciones modernas en los centros de las ciudades italianas han sido tradicionalmente problemáticas", explica Oriol Bohigas, "pero en nuestro caso, el jurado entendió que el proyecto se adecua m orfológic am ente a la ciudad antigua, aunque no suceda lo mismo estilísticamente". Bohigas considera que "entre los proyectos eliminados en la primera fase había algunos que nos parecían muy interesantes, particularmente los de Giorgio Grassi, Vittorio Gregotti y Álvaro Siza Vieira".

Acerca de los otros dos proyectos finalistas, el de Glancarlo de Carlo y el del alemán Oswald Matthias Ungers, Bohigas explica: "Anibos eran muy distintos del nuestro en dos líneas totalmente opuestas; el de Giancarlo de Carlo se componía de varios edificios pequeños, con morfologías e interrelaciones bastante- complejas, al revés que el nuestro, que prevé sólo dos edificios, pero muy claros y unitarios. En cuanto al proyecto de Ungers, se trataba de un sólo edificio muy compacto, pero era muy agresivo en cuanto a alturas y volúmenes, mientras que nosotros hemos cuidado al máximo la integración en el entorno".

Oriol Bohigas describe Siena como "una de las ciudades más íntegras de Italia, con gran cantidad de edificios de gran calidad, gran cantidad de calles y un fuerte predominio de la arquitectura civil. Parece una ciudad medieval, pero hay muchos edificios del siglo XIX que, a diferencia de lo ocurrido en otros lugares, imitaron los antiguos con muy buen gusto. Además, la plaza de Siena es una de las más interesantes del mundo, pues tiene una geometría básica muy regular y al mismo tiempo constantes irregularidades más o menos perceptibles, comenzando por la gran irregularidad del pavimento en pendiente".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En