A este lado del paraíso

Forma parte de la leyenda real del San Juan Evangelista que sea allí donde escuchemos músicos y músicas importantes por primera vez. Así merece ser saludado el impresionante concierto de la cantante Jean Cheek, revelación de estos últimos años 80 y de la que sin duda volveremos a saber en el futuro. Si en los últimos tiempos, grupos de espirituales y gospel han podido sorprender por su acercarniento a prácticas que están más próximas del teatro musical de Broadway que de la expresión de las raíces, Jean Check parece representar un paso de avanzada en la verdadera tradición. Y aquí es do...

Forma parte de la leyenda real del San Juan Evangelista que sea allí donde escuchemos músicos y músicas importantes por primera vez. Así merece ser saludado el impresionante concierto de la cantante Jean Cheek, revelación de estos últimos años 80 y de la que sin duda volveremos a saber en el futuro. Si en los últimos tiempos, grupos de espirituales y gospel han podido sorprender por su acercarniento a prácticas que están más próximas del teatro musical de Broadway que de la expresión de las raíces, Jean Check parece representar un paso de avanzada en la verdadera tradición. Y aquí es donde Jean Check no puede tener problemas pues su voz parece tener la única limitación del infinito.A lo largo del concierto, Jean Cheeck pudo desplegar el arco de sus capacidades: del espiritual al gospel, pasando por el salmo que nos muestra las puertas del paraíso, el canto religioso a ritmo de boogie-woogie y la canción navideña Silent night sincopada hasta llevarnos a un exaltante villancico funk.

La seducción rítmica que la acompaña es comandada por el pianista Jerome Jones, al que ya pudimos ver con el grupo Psalms, y cumple con eficacia sobre la base instrumental planea la voz de Jean Cheek, tan cercana a las maestras del espiritual como Mahalia Jackson y Marion Williams como a la cantante soul Aretha Franklin. La movilidad ritmica, la sensibilidad para el cambio de atmósferas no entrañan en su práctica ninguna concesión sino la naturalidad de un latido que crece en espiral.

Es religiosa la música que hacen y viendo los ojos de Jean Check cuando se dirige a su precious lord, es muy difícil que el oyente no deje, vencerse por la nostalgia del paraíso.