"¡Una bandera, una bandera!

A. T. Era el concierto número 100 del año 1989, y el último. El trío se manifestó agotado tras sus dos triunfales exhibiciones en San Juan de Puerto Rico y otra en The Palace de Los Angeles, donde registraron llenos muy superiores al del sábado en Nueva York. El concierto californiano fue organizado y retransmitido por la cadena de televisión MTV.

Los Mecano se decían "muy emocionados de estar aquí", pero funcionaron sobre el escenario con total soltura y sin acusar la presión de estar sobre unas tablas que han visto actuar a todas las celebridades de la música americana reciente, desde...

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A. T. Era el concierto número 100 del año 1989, y el último. El trío se manifestó agotado tras sus dos triunfales exhibiciones en San Juan de Puerto Rico y otra en The Palace de Los Angeles, donde registraron llenos muy superiores al del sábado en Nueva York. El concierto californiano fue organizado y retransmitido por la cadena de televisión MTV.

Los Mecano se decían "muy emocionados de estar aquí", pero funcionaron sobre el escenario con total soltura y sin acusar la presión de estar sobre unas tablas que han visto actuar a todas las celebridades de la música americana reciente, desde Liberace a Madonna.

Había que rectificar el título de uno de sus éxitos de este año, No hay marcha en Nueva York. Y Ana Torreja cambió la última línea de la letra: en vez de "estoy loco por volver a Madrid", gritó "estoy loco por quedarme en Nueva York". Como Ignacio y José María son los que escriben, Ana tiene que hacer de chico en muchas canciones. Pero es una chica y una de las que más mandan: en el Palladium había muchas que parecían su retrato robot. Pelo corto, medias negras, body, minifalda liliputiense.

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Ana Torroja dio pasos de ballet, cantó la canción neoyorquina con un atuendo chapliniano y sólo dijo dos palabras en inglés: "Thank you", que fueron muy celebradas por los asistentes.

Al final le ofrecieron una bandera española. "¡Una bandera, una bandera.'", dijo Ana cuando la vio. Se acercó y resultó que era una de las viejas, con el pajarraco imperial. Ana dijo "iHuy!" y salió corriendo. El patriota que la portaba, al rato subió al escenario, besó a la Torroja y le puso la bandera sobre los hombros. Ana tapó el pajarraco como pudo.

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