Crítica:

Joan Manuel Serrat inauguró anoche el Festival de Otoño con 'Material sensible'

Joan Manuel Serrat inauguró anoche en el teatro Monumental la sexta edición del Festival de Otoño, que organiza la Comunidad de Madrid, con la presentación de su nuevo disco, titulado Material sensible. Su imperecedero taburete, un simple juego de luces y la profesionalidad de cinco músicos fue lo único que necesitó el artista para satisfacer a un público en el que destacaba la ausencia de personajes políticos.

Joan Manuel Serrat entró en el escenario atraído por las palmas (le impaciencia del público, que pronto se convirtieron en una cariñosa ovación, y comenzó directamente a cant...

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Joan Manuel Serrat inauguró anoche en el teatro Monumental la sexta edición del Festival de Otoño, que organiza la Comunidad de Madrid, con la presentación de su nuevo disco, titulado Material sensible. Su imperecedero taburete, un simple juego de luces y la profesionalidad de cinco músicos fue lo único que necesitó el artista para satisfacer a un público en el que destacaba la ausencia de personajes políticos.

Joan Manuel Serrat entró en el escenario atraído por las palmas (le impaciencia del público, que pronto se convirtieron en una cariñosa ovación, y comenzó directamente a cantar sin más saludo que una sonrisa cómplice y confiada.En esta ocasión ya no hubo mecheros ni cerillas encendidas, pero, para que no faltara la nostalgia, unos trabajadores se manifestaron a la entrada del teatro en defensa de sus reivindicaciones laborales. En sus pancartas declaraban que sus derechos también son material sensible.

Serrat manifestó sentirse "feliz de actuar en un teatro, después de recorrer plazas de toros y campos de fútbol. Es bonito estar en un espacio hecho para la música y en el que se puede contar cuentos".

Sereno, reiterando una sonrisa cómplice, Serrat advirtió a los asistentes: "Abróchense el cinturón de la nostalgia". Acto seguido, y entre el delirio del público, comenzó a cantar Balada de otoño. Después seguirían La paloma, De cartón piedra y algún otro monumento a la sensibilidad española de los años setenta.

Tras un pequeño receso, el cantante inició los temas que componen Material sensible. Algunos de ellos, de difícil comprensión para un castellanohablante, eran precedidos de un relato que, pese a no atenerse estrictamente a la letra de la canción, informaba emotivamente de su sentido. Así ocurrió con la luna o La rosa del adiós.

Coreografía futbolística

Los aplausos y hasta los bravos llegaron cuando interpretó la canción dedicada a Kubala, toda ella guiada por una muy particular coreografía futbolística. El público sonrió al ver a un Joan Manuel Serrat que simulaba parar un balón con la cabeza, templarlo con el pecho y dormirlo con los pies.Los espectadores, fieles al cantante en su mayoría, recordaban a la entrada del teatro los viejos recitales del artista. Como el propio Serrat se encargaría de anunciar del día y de la noche sin un bello, sueño".

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