La RDA endurece su política hacia los refugiados

Los primeros indicios sobre un endurecimiento de las autoridades de la República Democrática Alemana (RDA) con respecto a sus ciudadanos que aprovechan la puerta húngara para pasar a la República Federal de Alemania (RFA), se produjeron ayer. Refugiados llegados a Viena aseguran que miembros de la Statsi, la policía política de la RDA, han entrado en las casas de personas a las que se habían concedido visados para viajar a Hungría y se los han requisado. Asimismo, estas fuentes aseguraron que al menos 40 ciudadanos de la RDA habían sido sacados de trenes que atravesaban Checoslovaqu...

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Los primeros indicios sobre un endurecimiento de las autoridades de la República Democrática Alemana (RDA) con respecto a sus ciudadanos que aprovechan la puerta húngara para pasar a la República Federal de Alemania (RFA), se produjeron ayer. Refugiados llegados a Viena aseguran que miembros de la Statsi, la policía política de la RDA, han entrado en las casas de personas a las que se habían concedido visados para viajar a Hungría y se los han requisado. Asimismo, estas fuentes aseguraron que al menos 40 ciudadanos de la RDA habían sido sacados de trenes que atravesaban Checoslovaquia con destino a Budapest y obligados a volver a su país.Sorprendentemente, hasta ahora, incluso después de que Budapest decidiera abrir de par en par su frontera con Austria hace poco más de una semana, el régimen de Berlín Oriental había seguido concediendo visados a numerosos ciudadanos que querían viajar a Hungría y que a toda velocidad se presentaban en la embajada de Bonn en Viena para pedir sus pasaportes de la RFA.

Este endurecimiento de los controles destinado a frenar definitivamente el éxodo masivo de ciudadanos que comenzó a principios de agosto, y que si se cuentan los 700 que pasaron en la noche de domingo al lunes alcanza ya la cifra de 25.000, se produce poco después del anuncio de la visita del presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, a Berlín Este para la conmemoración del 402 aniversario de la fundación de la RDA.

En Bonn se analiza la visita de Gorbachov con sentimientos contrapuestos. Si bien, por un lado, el reformista llegado del Kremlin puede forzar a la gerontocracia de Berlín Oriental hacia una actitud más abierta y provocar unos aplausos a su paso que no serían del todo del agrado de las autoridades, otros analistas consideran que el líder soviético viene con un jarro de agua fría para quienes se hacen deinasiadas ilusiones sobre la desaparición de la frontera ínteraleinana.

Para estos últimos Gorbachov traería a Erich Honecker y sus seguidores un mensaje reconfortante, concretamente la garantía total de Moscú a la propia existencia de la RDA, y no insistiría en las reformas más que en un sentido vago y, por supuesto, a largo plazo.

El reforzamiento de los controles fronterizos en la RDA y Checoslovaquia, y las informaciones que aseguran que ha llegado a su fin la incomprensible generosidad de las autoridades de la RDA en la concesión de visados, denota claramente que, al fin, la consigna parece ser la de acabar a toda costa con el interminable goteo de fugados.

Sin embargo, un nuevo frente se ha abierto en la cancillería de la RFA en Varsovia, donde hasta la fecha solo 40 alemanes orientales estaban refugiados. Otros 70 penetraron ayer.

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