Una empresa láctea catalana pago 19 millones para que no fueran contaminados sus productos

F. SALES, Una empresa de productos lácteos de Barcelona pagó un total de 19 millones de pesetas para que no contaminaran sus productos, según una investigación judicial efectuada como consecuencia de la detención de Carlos Flores Esclarmonda, ex detective privado, a quien la policía abordó cuando pretendía cobrar otros 17 millones de pesetas de la misma firma y bajo idéntica amenaza. La investigación judicial ha finalizado y en breve se fijará fecha para el juicio. Al detenido se le ha denegado la libertad provisional

Carlos Flores Esclarmonda, de 42 años de edad, fue descubierto el pa...

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F. SALES, Una empresa de productos lácteos de Barcelona pagó un total de 19 millones de pesetas para que no contaminaran sus productos, según una investigación judicial efectuada como consecuencia de la detención de Carlos Flores Esclarmonda, ex detective privado, a quien la policía abordó cuando pretendía cobrar otros 17 millones de pesetas de la misma firma y bajo idéntica amenaza. La investigación judicial ha finalizado y en breve se fijará fecha para el juicio. Al detenido se le ha denegado la libertad provisional

Carlos Flores Esclarmonda, de 42 años de edad, fue descubierto el pasado 24 de febrero en las inmediaciones del estadio de Montjuïc, en Barcelona, cuando pretendía cobrar 17 millones de pesetas de una empresa, a la que había amenazado con contaminar sus productos.El detenido admitió ante la policía que había extorsionado en otras dos ocasiones a la misma empresa, logrando un botín de 7 y 12 millones de pesetas respectivamente. La primera extorsión se produjo siete años atrás, con la colaboración de otra persona que no ha sido identificada, quien se llevó cinco millones mientras Carlos Flores cobraba dos, según su versión. Cuatro años después efectuó en solitario una segunda extorsión. El botín fue de 12 millones de pesetas en esta ocasión. A lo largo de ese tiempo, Flores mantuvo conversaciones telefónicas con altos directivos de la empresa extorsionada.

Extrema derecha

El detenido presentó estos hechos como una actuación destinada a recaudar fondos para una organización de extrema derecha, a la que denominó EDEN. Con este mismo nombre se firmaron también cartas amenazadoras, escritas con letraset. Según la policía, no existe grupo alguno con tal denominación.

El pasado mes de febrero, cuando la dirección de la empresa láctea fue nuevamente amenazada, sus responsables optaron por denunciar el caso a la policía. Se intervinieron entonces las líneas telefónicas y se establecieron servicios de vigilancia. Se iniciaron también unas negociaciones con el extorsionador con la finalidad de ganar tiempo para montar el servicio de vigilancia policial. Flores reclamaba, en principio, un botín de 25 millones pero después de un largo regateo se redujo la cantidad a 17 millones. La firma se comprometió a entregar ese dinero en las cercanías del estadio de Montjuïc, ya que la puerta donde aseguraba Flores que se habían efectuado las otras entregas era inaccesible como consecuencia de las obras de remodelación del estadio olímpico.

Flores fue aprehendido por inspectores del grupo de atracos de la Jefatura de Policía de Barcelona, que permanecían apostados en los alrededores del recinto camuflados como deportistas que simulaban hacer footing.

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La policía localizó también en el domicilio de Carlos Flores Esclarmonda, en Madrid, dos armas sin guía, que le fueron intervenidas y que motivaron la apertura de unas diligencias judiciales por supuesta tenencia ilícita de armas.

El abogado defensor del detenido asegura, sin embargo, que las dos armas localizadas por la policía son inservibles y las tenía como objetos decorativos. El letrado reconoce la comisión de un delito frustrado de amenazas, pero niega las anteriores actuaciones delictivas, alegando, entre otras razones, la inexistencia de pruebas. Añadió que su patrocinado no estaba vinculado a ningún grupo de extrema derecha y que el colectivo EDEN es inexistente.

Flores Esclarmonda había trabajado durante un tiempo como detective privado. Su verdadera vocación es la de profesor de educación física y como tal abrió hace tiempo un gimnasio en la calle de Nárvaez, de Madrid, del que se encuentra actualmente desvinculado y que gestiona su esposa. Al parecer, Flores pretendía utilizar el dinero para financiar el gimnasio.

Un portavoz de la empresa ha asegurado desconocer la actuación del anterior equipo directivo en relación a las supuestas extorsiones. Aseguró que en la contabilidad no existe constancia de ningún pago de este tipo.

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