Tribuna:EL FUTURO DEL VIEJO CONTINENTE

Juego a tres bandas

Las diferencias se mantienen. A cuatro semanas de la cumbre de la OTAN, los intentos de acercar las posturas en la alianza respecto a la modernización de los misiles de corto alcance y la negociación con el Pacto de Varsovia sobre su reducción, fracasaron en el idílico pueblo renano de Deidesheim.Los potenciales mediadores entre los dos frentes, encabezados el uno por EE UU y el Reino Unido y el otro por la RFA, tendrán una difícil tarea en sus intentos por evitar que la cumbre del 28 y 29 de mayo quede paralizada por el conflicto.

Margaret Thatcher ha hecho una cuestión d...

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Las diferencias se mantienen. A cuatro semanas de la cumbre de la OTAN, los intentos de acercar las posturas en la alianza respecto a la modernización de los misiles de corto alcance y la negociación con el Pacto de Varsovia sobre su reducción, fracasaron en el idílico pueblo renano de Deidesheim.Los potenciales mediadores entre los dos frentes, encabezados el uno por EE UU y el Reino Unido y el otro por la RFA, tendrán una difícil tarea en sus intentos por evitar que la cumbre del 28 y 29 de mayo quede paralizada por el conflicto.

Margaret Thatcher ha hecho una cuestión de honor político una rápida declaración de la OTAN para la modernización de los misiles. Pero se encuentra ante una ardua tarea. Acostumbrada a tratar a la RFA como un "gigante económico pero enano político", ha reaccionado con gran disgusto ante la nueva seguridad que muestra Bonn, con el apoyo de la inmensa mayoría de los alemanes.

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El jefe del Estado de la RFA, Richard von Weizsaecker, en una acción sin precedentes y abandonando su exquisita neutralidad en cuestiones políticas, se ha declarado plenamente solidario con la postura defendida por el Gobierno. La RFA considera la reducción de los misiles que sólo están destinados a estallar sobre su territorio como una "cuestión de Estado" de "interés nacional existencial".

Éstos son los tres bloques formados en la OTAN:

Solidarios con la RFA. La RFA no está aislada, como esperaba Thatcher. Varios países se han mostrado solidarios con su posición. No sólo por la convicción de que se puede y debe negociar con la URSS, sino también por el peso económico de la RFA y su papel en la CE. El Reino Unido, francotirador en la CE, no puede contar con esta simpatía. Italia, España, Bélgica, Dinamarca, Noruega, Luxemburgo y Grecia ya han manifestado su apoyo a Bonn.

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Críticos hacia la RFA. Thatcher ha asumido un militante liderazgo de la causa en favor de una pronta decisión en favor de la modernización. Estados Unidos está a favor de una rápida declaración al respecto, pero defiende esta cuestión de forma mucho más cauta que Londres. Washington podría aceptar una solución de compromiso en lo que respecta a la decisión de modernizar los misiles Lance. Es tan inflexible como Londres en su negativa a abrir negociaciones sobre misiles de corto alcance. Canadá forma parte también de los duros enfrentados a Bonn. Se les han unido Turquía y Portugal.

Los mediadores. Holanda, en principio, se alinea con EE UU y el Reino Unido, pero se ha desmarcado parcialmente para intentar mediar en el conflicto. Francia ha adoptado una postura de neutralidad y también podría jugar un papel mediador. En principio, París es contrario a una negociación sobre misiles de corto alcance por temor a que tarde o temprano la URSS intente incluir sus misiles. No obstante, no quiere que esta crisis afecte al eje Bonn-París ni considera oportuna la política de Thatcher de intentar acorralar a Kohl.

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