Tardes, vendavales y espejos

Las obras y autores que resultaron premiados en poesía fueron: en castellano, Las tardes, de Francisco Bejarano; en catalán, El vendaval, de Pere Gimferrer; en vasco, las obras de Patxi Ezkiaga Ispiluaren Isladaketak (Los reflejos del espejo) y Keiko eta beste udazkenak (Keiko y otros otoños); y en gallego, Pasa un segredo (Pasa un secreto), de Ramiro Fonte.El poeta jerezano Francisco Bejarano definió ayer su obra como un conjunto de grandes silencios y grandes charlatanerías", informa Antonio López desde Jerez. Bejarano, que se mostró "aturdido...

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Las obras y autores que resultaron premiados en poesía fueron: en castellano, Las tardes, de Francisco Bejarano; en catalán, El vendaval, de Pere Gimferrer; en vasco, las obras de Patxi Ezkiaga Ispiluaren Isladaketak (Los reflejos del espejo) y Keiko eta beste udazkenak (Keiko y otros otoños); y en gallego, Pasa un segredo (Pasa un secreto), de Ramiro Fonte.El poeta jerezano Francisco Bejarano definió ayer su obra como un conjunto de grandes silencios y grandes charlatanerías", informa Antonio López desde Jerez. Bejarano, que se mostró "aturdido pero contento", manifestó que "aunque no frecuento los centros de poder literarios, quiero pensar que el premio se lo han dado a un libro que he escrito yo, no a mi persona".

El poeta entiende que este no es el reconocimiento de una carrera personal, fuera del círculo poético al uso, pero "he intentado siempre que la vida y la literatura en mí no se entremezclen, aunque inevitablemente tengan que ver".

Francisco Bejarano reconoce que su último libro, Las tardes, "conecta mucho con la poesía joven, pero no en lo que pueda haber de moda. Me interesa cierta ironía de los jóvenes, pero cuando la ironía es moda llega el cansancio y la repetición. Las tardes está escrito con ironía y humor. Antes escribía seriamente y tomarse las cosas en serio no es serio, no es creíble".

Fin de siglo

Francisco Bejarano (Jerez, octubre de 1945), estudió geografía e historia, que no concluyó. Ha publicado Transparencia indebida (1977), Recinto Murado (1981) y Las tardes (1988). Entre las claquettes destaca Elogio de la piedra (1981) y Temor (1986). Entre 1982 y 1986 dirigió con Felipe Benítez la revista Fin de Siglo. Ahora dirige La poesía más jóven y prepara la revista Contemporáneos, publicación que "no pretende ser representativa sino de criterios y con la misma preocupación estética que Fin de Siglo".

Según se explicó en la comunicación oficial de los premios, en este caso no se tuvo en cuenta el historial o currículo del autor, sino la calidad del libro. Sin embargo, Las tardes, de Bejarano, no consiguió la unanimidad de los críticos que formaban la ponencia, y se impuso, por un solo voto, a la obra finalista, de Antonio Carvajal.

La concesión del premio de poesía en lengua catalana a El vendaval, de Pere Gimferrer, fue entendido ayer en Málaga como un reconocimiento general de su obra, informa Elena B. Castilla. Tal extremo fue negado por el jurado, a cuyo juicio es el mejor libro, al margen de otros antecedentes o la trayectoria poética del autor. Gimferrer obtuvo ya el premio de narrativa en el año 1984.

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