La OTAN no debe apresurar su respuesta a Mijail Gorbachov, segun Paul Warnke

La Unión Soviética, en los próximos dos años, no podrá hacer más que lo que ya ofreció Mijail Gorbachov en su discurso del 7 de diciembre ante las Naciones Unidas. Por ello, considera Paul Warnke, un veterano del control de armamentos cuya voz es siempre escuchada en Estados Unidos, la Alianza Atlántica no debe tener prisa en responder.

Mijail Gorbachov anunció una reducción de las fuerzas armadas soviéticas en dos años de 500.000 soldados, 50.000 de ellos de las unidades estacionadas en Europa del Este, y el desmantelamiento de seis divisiones soviéticas de carros de combate en la ...

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La Unión Soviética, en los próximos dos años, no podrá hacer más que lo que ya ofreció Mijail Gorbachov en su discurso del 7 de diciembre ante las Naciones Unidas. Por ello, considera Paul Warnke, un veterano del control de armamentos cuya voz es siempre escuchada en Estados Unidos, la Alianza Atlántica no debe tener prisa en responder.

Mijail Gorbachov anunció una reducción de las fuerzas armadas soviéticas en dos años de 500.000 soldados, 50.000 de ellos de las unidades estacionadas en Europa del Este, y el desmantelamiento de seis divisiones soviéticas de carros de combate en la República Democrática Alemana, Checoslovaquia y Hungría para 1991, como parte de un plan más amplio de retirada de esa zona de 10.000 tanques, 8.500 piezas de artillería y 800 aviones."En dos, años, es lo único que se puede hacer. Los redespliegues toman mucho tiempo. Por ello no es necesaria ninguna acción precipitada por nuestra parte", señala Warnke. Cuando haya llevado a cabo estas medidas la Unión Soviética habrá "reducido sustancialmente su capacidad ofensiva". Así, Gorbachov "ha ganado credibilidad".

A sus 68 años, Warnke, que se encuentra estos días en Madrid, tiene un largo historial. Fue director de la Agencia de Desarme y Control de Armamentos (ADCA) de Estados Unidos y jefe negociador de las SALT sobre armas estratégicas.

Ahora son muchos los que le consultan, incluido el consejero de Seguridad Nacional de George Bush, Brent Scowcroft. Que este último general ocupe ese cargo y John Tower encabece el Pentágono en la Administración de Bush hace pensar a Warnke que el nuevo equipo de la Casa Blanca estará en marzo en condiciones de retomar las negociaciones de control de armamentos -azuzado por las propuestas gorbachovianas- y que el acuerdo START sobre réducción de armas estratégicas podría firmarse en 1989.

Obstáculo

Uno de los principales obstáculos con el que había topado el proceso START puede superarse ahora: el de la defensa estratégica. Según Warnke, la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), estrechamente vinculada al mandato de Reagan pero no de Bush, carece de fondos para poder iniciar un despliegue antes de 10 años, aunque el programa de investigación continuará. A Paul Warnke no le preocupa que sea Mijail Gorbachov el que lleve la voz cantante del desarme, pues susiniciativas son beneficiosas para la seguridad occidental.

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