Una obra sobre los fantasmas del siglo XX gana el Marqués de Bradomín
Íñigo Reyzábal Sagastagoitia, nacido en Bilbao hace 24 años, ganó ayer en Madrid la cuarta edición del Premio de teatro Marqués de Bradomín con Le petit negre. "La obra tiene más influencia del cine, de la música y de la cocina que del teatro", dice su autor, que prefiere escribir el título de su obra en francés, pero hablar de ella en castellano. "El pequeño negrito combina la historia y la cultura del primer tercio del XX en Europa y en América, de acuerdo con mi visión de lo que fue y de lo que me invento, sin ningún rigor. Me tomo la idea de que todo cabe en el mismo saco...
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Íñigo Reyzábal Sagastagoitia, nacido en Bilbao hace 24 años, ganó ayer en Madrid la cuarta edición del Premio de teatro Marqués de Bradomín con Le petit negre. "La obra tiene más influencia del cine, de la música y de la cocina que del teatro", dice su autor, que prefiere escribir el título de su obra en francés, pero hablar de ella en castellano. "El pequeño negrito combina la historia y la cultura del primer tercio del XX en Europa y en América, de acuerdo con mi visión de lo que fue y de lo que me invento, sin ningún rigor. Me tomo la idea de que todo cabe en el mismo saco. Resume lo que son los fantasmas de esa época más que los datos reales", dice Iñigo Reyzábal.
El Premio Marqués de Bradomín, patrocinado por el Instituto de la Juventud, pretende dar a conocer a nuevos autores y conseguir que la pieza premiada sea representada. Dotado con 250.000 pesetas, el Instituto de la Juventud y el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas aportan tres millones de pesetas para el montaje de la obra, que será escenificada por la compañía que presente una propuesta más interesante. A la edición de este año se presentaron 42 textos. Rodrigo García, con Reloj, y Antonio Onetti, con Marcado por el tipp-ex, obtuvieron sendos accésit.