"Ellos no responden nunca", dice el jesuita expulsado de Paraguay

"Ellos no responden nunca. Mi caso no es el primero; ha ocurrido antes con otros sacerdotes y dirigentes sociales". Son palabras del jesuita español Juan Antonio de la Vega, de 65 años, abogado y profesor de Derecho Canónico en la Universidad Católica de Asunción, expulsado de Paraguay, donde llevaba residiendo desde hacía 11 años, tras ser secuestrado por la policía el pasado lunes, cuando regresaba a la residencia de profesores, cercana al Seminario Mayor, en el barrio de Santa Librada, en Asunción. El religioso no se explica todavía los motivos que ha tenido el régimen dictatorial del gener...

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"Ellos no responden nunca. Mi caso no es el primero; ha ocurrido antes con otros sacerdotes y dirigentes sociales". Son palabras del jesuita español Juan Antonio de la Vega, de 65 años, abogado y profesor de Derecho Canónico en la Universidad Católica de Asunción, expulsado de Paraguay, donde llevaba residiendo desde hacía 11 años, tras ser secuestrado por la policía el pasado lunes, cuando regresaba a la residencia de profesores, cercana al Seminario Mayor, en el barrio de Santa Librada, en Asunción. El religioso no se explica todavía los motivos que ha tenido el régimen dictatorial del general Alfredo Stroessner para echarle del país.Individuos de paisano, que se desplazaban en dos automóviles sin identificación, le condujeron "por orden superior" al puesto fronterizo con la ciudad argentina de Clorinda, en la provincia de Formosa, y le abandonaron en el puente internacional tras retirarle la cédula de residencia, único documento que llevaba consigo. Fue retenido en la Oficina de Migraciones hasta que le enviaron su pasaporte desde Asunción y luego se alojó en la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, en el centro de Clorinda. Ayer por la tarde, cuando conversaba con el corresponsal de EL PAÍS, aún aguardaba instrucciones de sus superiores para decidir su destino.

De la Vega insiste en que no hay razón para su expulsión. "Y no porque yo haya hecho bien las cosas", insistía, "es que no hay nada, nada". "Claro que vaya usted a explicarles. Yo llegaba a la residencia el lunes, alrededor de las 12.30, cuando noté el movimiento extraño de dos coches. Tres policías de civil se bajaron de uno de ellos y me metieron a empujones en el otro. Luego partimos directamente hacia la frontera con Argentina. Y nada, ninguna explicación, que cumplían una orden superior, eso. Al llegar al puente internacional me quitaron la cédula y me obligaron a caminar hacia Argentina; eso fue todo".

La persecución del Gobierno paraguayo contra el padre De la Vega comenzó en realidad el 14 de julio, cuando participó en una reunión sobre la teología de la Iiberación organizada por el Centro de Estudiantes de la facultad de Filosofía de la universidad Nacional. A la mañana siguiente le detuvieron y permaneció incomunicado en el Batallón de Seguridad durante dos días. "Me acusaron de ser partidario de la violencia para derrocar al régimen. En los interrogatorios insistían en probar mi vinculación con alguna organización extremista. Yo soy asesor del Movimiento Juvenil Archidiocesano, trabajo siempre con jóvenes, pero es que no hay nada de lo que ellos dicen, nada". Tras aquella primera detención, el arzobispo de Asunción, Ismael Rolón, criticó severamente al Gobierno en un comunicado oficial y los dirigentes políticos de la oposición responsabilizaron al ministro de Educación y Culto, Carlos Ortiz Ramírez, por la situación del padre De la Vega.

"La reciente visita del Papa no cambió nada la situación", dice el religioso. "Creo que con estos secuestros indiscriminados ellos pretenden dar un escarmiento y advertir a quienes puedan estar pensando en organizar algún tipo de protesta. Además existe una campaña contra los sacerdotes españoles. En el diario oficial Patria se publicó un artículo en el que se nos acusaba a todos de ser infiltrados marxistas". "Adiós, hijo", se despide el padre De la Vega desde Clorinda, "y tranquiliza a mi familia. Yo soy de Madrid, del barrio de Salamanca, aunque ya hace tiempo que no voy por allí. Estuve de joven en Córdoba, Argentina, luego en Perú y ya llevo 11 años en Paraguay. Bueno, llevaba. Yo quisiera volver, pero veremos qué dicen ahora mis superiores".

[El director general de Política Exterior para Iberoamérica, Yago Pico de Coaña, convocó ayer al encargado de negocios de la Embajada de Paraguay en Madrid para transmitirle la protesta del Gobierno español por la expulsión del jesuita español, informa Europa Press.]

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