Crítica:FIESTAS DE SAN ISIDRO

Una lección de estilo

PVP y Radio FuturaPabellón de Deportes del Real Madrid. 12 de mayo.

Serios, honestos y divertidos. Así se mostraron PVP y Radio Futura ante el público que abarrotaba el pabellón del Real Madrid, dando una auténtica lección de estilo.

Los primeros lucharon con un sonido opaco, sin apenas matices, pese a utilizar en determinados momentos una pequeña sección de viento. Apuestan por un rock poderoso que sin complejos de ningún tipo juega con ritmos jamaicanos o de pista de baile en un intento desesperado por comurucar.

Radio Futura ajustó su equipo, bajó ligeramente el volumen...

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PVP y Radio FuturaPabellón de Deportes del Real Madrid. 12 de mayo.

Serios, honestos y divertidos. Así se mostraron PVP y Radio Futura ante el público que abarrotaba el pabellón del Real Madrid, dando una auténtica lección de estilo.

Los primeros lucharon con un sonido opaco, sin apenas matices, pese a utilizar en determinados momentos una pequeña sección de viento. Apuestan por un rock poderoso que sin complejos de ningún tipo juega con ritmos jamaicanos o de pista de baile en un intento desesperado por comurucar.

Radio Futura ajustó su equipo, bajó ligeramente el volumen y se llevó de calle: a casi 4.000 personas con un sonido que rozaba la perfección. Demostraron que son auténticos músicos, siendo difícil hacer individualidades dentro de la banda: los teclados, muy participativos, sonaron primorosamente. Las guitarras derrocharon clase, y la base rítmica resultó vigorosa pese a la ausencia de Carlos Torero en la batería. Con su sustituto, Óscar Quesada, han ganado en técnica, pero han perdido en pegada.

Salieron a escena con la seguridad del que lo tiene todo a favor, por lo que uno de sus grandes méritos es el de aceptar riesgos. Santiago Auserón está cada día más firme en directo, poniéndose a prueba en cada movimiento, en cada cambio de tono, en cada teórica improvisación. A esta buena imagen hay que añadir un magnífico juego de luces, sobrio y efectivo, que pone la guinda definitiva a un espectáculo completo. Un alarde de profesionalidad y buen hacer.

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