La rotundidad de la perfección

Dos figuras de primera línea mundial en el campo de la interpretación de música antigua -James Bowman y Van Asperen- han protagonizado los conciertos iniciales de la quinta edición de la Muestra de Música Antigua.En el concierto inaugural, el contratenor inglés James Bowman, acompañado por el conjunto The King's Consort, demostró ser una de las mejores voces existentes en su difícil registro. Valiéndose de un sólido criterio musical, así como de una sorprendente preparación técnica, la perfección de sus versiones del Salve regina de Pergolesi o del Stabat mater dolorosa de Vivald...

Dos figuras de primera línea mundial en el campo de la interpretación de música antigua -James Bowman y Van Asperen- han protagonizado los conciertos iniciales de la quinta edición de la Muestra de Música Antigua.En el concierto inaugural, el contratenor inglés James Bowman, acompañado por el conjunto The King's Consort, demostró ser una de las mejores voces existentes en su difícil registro. Valiéndose de un sólido criterio musical, así como de una sorprendente preparación técnica, la perfección de sus versiones del Salve regina de Pergolesi o del Stabat mater dolorosa de Vivaldi parece afirmar que no se pueden hacer de otra forma. Bowman recrea estas piezas con una naturalidad y con una diafanidad que hacen difícil imaginar que caben otras visiones de estas obras. Es la rotundidad de la perfección.

Bob van Asperen (Amsterdam, 1947), profesor del Real Conservatorio de La Haya, es uno de los clavecinistas de mayor prestigio actualmente.

Músico sobrio, perfeccionista y controlado, puso de manifiesto que la sobriedad no está reñida con la musicalidad. Si en la primera parte entusiasmó, en la segunda asombró por la perfección de la Toccata en re mayor, de Bach.