Toledo acoge un congreso sobre su pasado mágico y heterodoxo
Cerca de un centenar de estudiosos de las llamadas ciencias herméticas de toda España asisten desde ayer al congreso Toledo mágico y heterodoxo, que se desarrolla en la ciudad. La leyenda mágica de Toledo, una ponencia del astrónomo y profesor de la Escuela de Arquitectos de Madrid, Fernando Ruiz de la Puerta, abrió las sesiones.
Alejandro Vega, Juan Blázquez y Juan G. Atienza completaron el programa de intervenciones de la primera jornada, que finalizó con tres recorridos nocturnos por las calles de la ciudad, la más atractiva de las actividades, según sus orga...
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Cerca de un centenar de estudiosos de las llamadas ciencias herméticas de toda España asisten desde ayer al congreso Toledo mágico y heterodoxo, que se desarrolla en la ciudad. La leyenda mágica de Toledo, una ponencia del astrónomo y profesor de la Escuela de Arquitectos de Madrid, Fernando Ruiz de la Puerta, abrió las sesiones.
Alejandro Vega, Juan Blázquez y Juan G. Atienza completaron el programa de intervenciones de la primera jornada, que finalizó con tres recorridos nocturnos por las calles de la ciudad, la más atractiva de las actividades, según sus organizadores.
En la mañana de hoy, el jesuita José María Pilón, experto en temas de endemoniados y posesos, hablará sobre La encrucijada humana, y tras el coloquio que seguirá a la conferencia, el alcalde, José Manuel Molina, clausurará el encuentro.
Los recorridos nocturnos mostraron a los participantes dos aspectos de la ciudad: el heterodoxo, dirigido por Juan Blázquez, y Alejandro Vega, que hizo la ruta alquímica de la ciudad de Toledo.
La conferencia de Alejandro Vega, discípulo del alquimista Buenaventura Aum, es la síntesis del libro que con el mismo título, El Toledo filosofal, se publicará a finales de año y dará las claves para que futuros investigadores descifren la estructura de la ciudad "que encierra la solución a la crisis de identidad que actualmente padece la humanidad".
Alejandro Vega, estudiante autodidacto durante 15 años de la historia de la ciudad, ha descubierto en la estructura urbanística, en los nombres de las calles toledanas y en los numerosos símbolos que aún guardan sus paredes lo que él llama "el lenguaje de los pájaros, mediante el cual se llega a la piedra filosofal del espíritu, que encierra la solución de la crisis".