Cartas al director

Crepúsculo del francés

El mundo está lleno de contradicciones, y el de la enseñanza aún más. Este diario alude continuamente a un incremento de la colaboración entre Francia y Cataluña: participación de Barcelona en un programa cultural en Marsella, futura muestra cultural en París para 1989, intercambios con las universidades de Montpellier, Perpignan y Toulouse para que nuestros estudiantes puedan realizar una parte de su tarea... Todo ello es interesantísimo, pero ¿cómo podrá llevarse a cabo si dentro de tres o cuatro años muy pocos de nuestros jóvenes sabrán francés? Hace poco, la directora general de gestión de...

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El mundo está lleno de contradicciones, y el de la enseñanza aún más. Este diario alude continuamente a un incremento de la colaboración entre Francia y Cataluña: participación de Barcelona en un programa cultural en Marsella, futura muestra cultural en París para 1989, intercambios con las universidades de Montpellier, Perpignan y Toulouse para que nuestros estudiantes puedan realizar una parte de su tarea... Todo ello es interesantísimo, pero ¿cómo podrá llevarse a cabo si dentro de tres o cuatro años muy pocos de nuestros jóvenes sabrán francés? Hace poco, la directora general de gestión del profesorado y centros docentes, Carmen Laura, hizo unas declaraciones señalando que es inviable la enseñanza de dos idiomas en Cataluña. Añadió que quería que se aprendan otras lenguas y subrayaba la importancia del francés, pero su negativa inicial cierra cualquier posibilidad a pesar de sus buenas palabras posteriores.En la mayoría de escuelas de EGB de Cataluña sólo se dan clases de inglés, conculcando el derecho a elegir idioma que hasta ahora existía. Y al llegar al instituto los alumnos prefieren seguir con el idioma ya iniciado en EGB. La Administración potencia esta tendencia: suprime profesorado y se niega a plantear algo tan necesario como el segundo idioma obligatorio.

He decidido escribir una carta al ministro francés de Cultura, M. Léotard, diciéndole que es una pena que Francia malgaste subvenciones, becas y plazas universitarias en un país en el que su Administración no parece dispuesta a que sus jóvenes tengan la posibilidad de conocer la lengua y la cultura francesas.-

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