Asma alérgica

Cuatro personas han fallecido en Barcelona en dos brotes epidémicos registrados este mes

La asistencia masiva a los servicios de urgencia hospitalarios barceloneses en los últimos días por parte de enfermos asmáticos ante la gravedad de sus síntomas ha puesto de manifiesto la existencia de un nuevo brote epidémico de asma en la Ciudad Condal que ha producido el fallecimiento de cuatro personas. Este fenómeno, que se ha observado en ciudades como Nueva Orleans, Manchester y la propia Barcelona en años pasados, se ha venido relacionando con cambios medioambientales, aunque no se conocen con exactitud los factores responsables.

Diversos grupos de investigadores, entre ellos cl...

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La asistencia masiva a los servicios de urgencia hospitalarios barceloneses en los últimos días por parte de enfermos asmáticos ante la gravedad de sus síntomas ha puesto de manifiesto la existencia de un nuevo brote epidémico de asma en la Ciudad Condal que ha producido el fallecimiento de cuatro personas. Este fenómeno, que se ha observado en ciudades como Nueva Orleans, Manchester y la propia Barcelona en años pasados, se ha venido relacionando con cambios medioambientales, aunque no se conocen con exactitud los factores responsables.

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Diversos grupos de investigadores, entre ellos clínicos y epidemiólogos españoles, han trabajado con hipótesis de posibles desencadenantes, como los polucionantes atmosféricos, los cambios en la temperatura del aire y la presencia de sustancias alergizantes, sin resultados positivos hasta el momento.El asma es una enfermedad en aumento en los países industrializados, quizá debido, según los alergólogos a cambios en la alimentación infantil, a la presencia de una mayor polución ambiental o incluso a mayor diagnóstico de la misma debido a los avances en su conocimiento.

La constatación de que sólo cierto número de asmáticos (aproximadamente el 1%) experimenta un cuadro grave en estos brotes parece indicar -y en este sentido apuntan las actuales investigaciones- la existencia de una susceptibilidad y riesgo de ser asmático capaz de sufrir agudización grave epidémica por parte de algunos individuos.

La mayoría de los sujetos asmáticos (hasta entonces estables) que experimentan en unos minutos o pocas horas una agudización grave de su enfermedad evolucionan, según los neumonólogos, hacia la mejoría en pocas horas. Sin embargo, algunos necesitan ser hospitalizados, incluso en la unidad de cuidados intensivos (UCI), para ser sometidos a tratamiento de choque, que a veces incluye la conexión a un ventilador mecánico.

Unos pocos fallecen en minutos tras la exposición al agente causal, antes de la llegada al hospital.

Aunque la alergia ocupa un papel importante en el desencadenamiento de muchos tipos de asma, en opinión de los expertos pueden existir muchos agentes asmógenos, cuya enorme variedad dificulta en extremo la identificación de un estímulo específico en un caso determinado.

La alergia respiratoria está motivada por el contacto con algunas sustancias que se hallan de forma natural en el medio ambiente, como los pólenes de plantas, los ácaros del polvo doméstico, la caspa y el pelo de ciertos animales. El paciente alérgico, cuando entra en contacto con una sustancia alergizante (alérgeno), produce anticuerpos. Éstos, en su mayoría, son moléculas llamadas inmunoglobulinas E, las cuales sensibilizan a ciertas células de los bronquios.

Estrechamiento

Cuando se produce un segundo contacto con el mismo alérgeno, las células sensibilizadas descargan una serie de sustancias que provocan estrechamiento de los bronquios, con la consiguiente dificultad respiratoria de los asmáticos. El árbol bronquial de estos enfermos responde pues con una reactividad exagerada frente a diversos estímulos. En España, según diversos estudios, los alérgenos más frecuentes son los ácaros del polvo de las casas, los pólenes de gramíneas, maleza y árboles, esporas de hongos y los epitelios de animales domésticos.Gran variedad de compuestos usados en la industria pueden provocar asma en individuos susceptibles. Durante su actividad laboral cotidiana, un trabajador puede estar expuesto a polvos, humos y vapores, los cuales pueden provocar asma por diversos mecanismos.

El polen del aliso, del fresno y sobre todo del abedul son alérgenos potentes en nuestro medio. El ácaro del polvo es un animal microscópico responsable con mucha frecuencia de alergia respiratoria, hecho que fue descubierto en los años cincuenta. Hasta entonces se responsabilizaba de la misma a sustancias químicas presentes en las partículas del polvo. Algunos alimentos pueden provocar también una auténtica alergia.

Hoy día es aceptado por muchos investigadores que las condiciones ambientales que promueven la concentración de contaminantes en el aire pueden inducir exacerbaciones agudas del asma. Este tipo de situación, llamada asma de Tokio-Yokohama o asma de Nueva Orleans, tiende a ocurrir en áreas industriales o urbanas densas, durante variaciones climáticas o en situaciones relacionadas con un estancamiento de las masas de aire. Tales condiciones atmósféricas empeoran generalmente todo tipo de asma, pero también pueden provocar síntomas en algunos individuos sanos.

Contaminación

El papel de la polución en las crisis asmáticas se ha atribuido al aumento en la concentración de óxido nitroso, ozono y dióxido de sulfuro en el aire de las grandes ciudades, que en ocasiones puede alcanzar un carácter epidémico. Sin embargo, aunque la polución desempeña probablemente un papel importante en la agravación del asma, la naturaleza de los polucionantes implicados está todavía por aclarar, según la mayoría de los estudios.Los consejos prácticos de los especialistas para los padres de niños asmáticos consisten en una, adecuada profilaxis, eliminando los ácaros del polvo doméstico. Esto se logra poniendo una funda de plástico a¡ colchón, evitando el uso de moquetas en la habitación, sacudiendo regularmente la cama y pasando la aspiradora por el colchón; rito utilizar cortinas ni entelar las paredes, y utilizar productos acaricidas. Asímismo, conviene evitar todo lo que pueda estimular la reactividad de los bronquios, como el humo de cigarrillos y las emanaciones de pinturas.

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