Obra de 'malas' costumbres

La acción, en el tocador de señoras de una discoteca de lujo en Marbella. Pasan, se citan, negocian y conversan allí seis mujeres y un travestido, y la señora que cuida el local -madame Pipi, dicen los franceses-; hay una pequeña trama policiaca, pero apenas sirve para algo más que para caracterizar los tipos.El modelo es el de un teatro que ha tenido éxitos recientes en Madrid aunque, naturalmente, la inventiva es entera de Alonso Millán, y la sociedad que se pretende reflejar es la de las malas costumbres de Marbella: drogas, prostitución, alcoholismo, proxenetismo, dinero sucio. Todo...

La acción, en el tocador de señoras de una discoteca de lujo en Marbella. Pasan, se citan, negocian y conversan allí seis mujeres y un travestido, y la señora que cuida el local -madame Pipi, dicen los franceses-; hay una pequeña trama policiaca, pero apenas sirve para algo más que para caracterizar los tipos.El modelo es el de un teatro que ha tenido éxitos recientes en Madrid aunque, naturalmente, la inventiva es entera de Alonso Millán, y la sociedad que se pretende reflejar es la de las malas costumbres de Marbella: drogas, prostitución, alcoholismo, proxenetismo, dinero sucio. Todo se queda en la superficie, como es la intención del autor, y los nombres famosos que se citan salen indemnes de la crítica, que está enfocada más bien con simpatía. Esta falta de mordiente perjudica a la obra.

Los personajes favoritos son los que interpretan las actrices también favoritas, Margarita García Ortega y Analía Gadé, muy por encima de sus compañeras, que lo que ponen en el escenario son espléndidas siluetas y elegantes trajes diseñados por Toni Cortés.