El toreo dimensional de Alberto Martínez

Lamamié / R. Bento, El Formidable, A. MartínezNovillos de Lamamié de Clairac, justos de presentación. 52, excepcional, premiado con vuelta al ruedo. Rui Bento Vasques: oreja; vuelta. Juan Carlos Ríos El Formidable: ovación; oreja y dos vueltas. Alberto Martínez: oreja; vuelta. Plaza de Bilbao, 31 de mayo.

Destacó el toreo dimensional del valenciano Alberto Martínez, que intenta acariciar el toreo en todos los terrenos y con todo tipo de novillos, sin perder la compostura, sin volver la cara a la dificultad, para poner ritmo y cadencia a su toreo. Es capaz de presentar la mule...

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Lamamié / R. Bento, El Formidable, A. MartínezNovillos de Lamamié de Clairac, justos de presentación. 52, excepcional, premiado con vuelta al ruedo. Rui Bento Vasques: oreja; vuelta. Juan Carlos Ríos El Formidable: ovación; oreja y dos vueltas. Alberto Martínez: oreja; vuelta. Plaza de Bilbao, 31 de mayo.

Destacó el toreo dimensional del valenciano Alberto Martínez, que intenta acariciar el toreo en todos los terrenos y con todo tipo de novillos, sin perder la compostura, sin volver la cara a la dificultad, para poner ritmo y cadencia a su toreo. Es capaz de presentar la muleta plana provocando el cite en la distancia requerida, para traer toreado al novillo en muletazos largos y ligándolos además.

Martínez, que fue capaz de traslucir un toreo de poder y de temple ante su primer novillo que no tuvo calidad, no se arredró en el último que, cargado de dificultades, bronco y probón medía el error del torero para ponerle los pitones en su cuerpo al menor descuido; pero el valenciano aunque no se cruzara totalmente se mantuvo en la raya de la dignidad sin volver la cara a la dificultad.

Rui Bento Vasques se desenvolvió con quietud y soltura para lancear con aplomo y torear con buena técnica con la muleta; así lo dejó ver ante su segundo que cortaba el viaje por los dos pitones y no se aburrió de pelearse con él hasta encelarlo con técnica. Como banderillero estuvo bastante irregular.

El Formidable tuvo apuntes de toreo tremendista a veces, otras logró torear despacio y de vez en cuando persiguió la conexión del público con el gesto y la palabra ivámos ya, vámos ya., ¡va por ustedes!. Expresiones a las que acude sobre todo en la suerte de banderillas, que por cierto no la domina en absoluto, se queda en la cara con peligro, pierde terreno y se encuentra con disgustos tales como el que le dio su bondadoso quinto que le arrastró un buen rato por la manga y al final le acabó quitando la chaquetilla.

El Formidable es un principiante que merece el respeto de la esperanza, porque si es cierto que los novillos buenos descubren a los toreros malos, este principiante, ayer, no se descubrió para lo malo.

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