Impaciencia
Ver cómo se descuartiza Romeo y Julieta durante más de tres horas es demasiado duro para un amante de Shakespeare. Algo compensa saber que esas voces desafinadas, esos gestos torpes, esa sintaxis rota, no son más que un estadio en la carrera de los muchachos del Teatro Jove de Valencia y que, tiempo mediante, y si sus profesores y ellos mismos tienen la suficiente autocrítica, a algunos de ellos les servirá como experiencia para izarse sobre su insuficiencia de hoy. Pero no justifica que se presenten ante el público. Es un ejercicio para el interior de una clase. La impaciencia les pued...
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Ver cómo se descuartiza Romeo y Julieta durante más de tres horas es demasiado duro para un amante de Shakespeare. Algo compensa saber que esas voces desafinadas, esos gestos torpes, esa sintaxis rota, no son más que un estadio en la carrera de los muchachos del Teatro Jove de Valencia y que, tiempo mediante, y si sus profesores y ellos mismos tienen la suficiente autocrítica, a algunos de ellos les servirá como experiencia para izarse sobre su insuficiencia de hoy. Pero no justifica que se presenten ante el público. Es un ejercicio para el interior de una clase. La impaciencia les puede perjudicar.La traducción del Instituto Shakespeare de Valencia puede beneficiarse en principio de la solvencia y el prestigio adquirido; el texto castellano no se entiende demasiado bien en el escenario como para poder juzgar de su sonoridad o de su calidad. Las tendencias sobre las que ha trabajado el director británico Edward Wilson son las de acentuar el carácter juvenil de los personajes, las escenas entre hombres, una cierta obscenidad y una comicidad burda: son las que mejor prenden en los espectadores.
Romeo y Julieta
Autor: William Shakespeare. Traducción: Instituto Shakespeare de Valencia. Intérpretes: Carles Sanjaime, Carmen del Valle. Director: Edward Wilson. Teatro Jove. Sala Olimpia. Madrid, 13 de mayo.