Crítica:CANCIÓN

Oskorri, punto de referencia

Concierto de OskorriNatxo de Felipe (voz, guitarra y percusión), Antón Laxa (guitarra y voz), Bixente Martinez (guitarra y mandolina), Fran Lasuen (violín-y voz), Joserra Fernández (alboka, xirula y ,armónica), Txarli de Pablo (bajo), José Urrejola (saxo y flauta), Kepa Junquera (trikitixa). Plaza Mayor. Madrid, 12 de mayo.

De aquella explosión que en la primera mitad de la década de los setenta inundó España de grupos que inspiraban su trabajo en músicas populares de las más diversas procedencias, quedan muy pocos supervivientes.

El paso de los años permite separar aquello q...

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Concierto de OskorriNatxo de Felipe (voz, guitarra y percusión), Antón Laxa (guitarra y voz), Bixente Martinez (guitarra y mandolina), Fran Lasuen (violín-y voz), Joserra Fernández (alboka, xirula y ,armónica), Txarli de Pablo (bajo), José Urrejola (saxo y flauta), Kepa Junquera (trikitixa). Plaza Mayor. Madrid, 12 de mayo.

De aquella explosión que en la primera mitad de la década de los setenta inundó España de grupos que inspiraban su trabajo en músicas populares de las más diversas procedencias, quedan muy pocos supervivientes.

El paso de los años permite separar aquello que únicamente nació a la sombra de una moda de lo que verdaderamente tenía razón de ser. Oskorri, que acaba de cumplir 15 años, es uno de los grupos que han perdurado y hoy se encuentra inmerso en una época que necesita retomar raíces olvidadas

En Estados Unidos se vuelve al folk-rock intentando una nueva conquista del Oeste, mientras el Reino Unido apoya músicas tradicionales a través del rock de U2 y de los más ortodoxos The Pogues. En España, El último de la Fila es también un ejemplo con sus influencias andaluza y la música africana es fuente de inspiración para grandes estrellas necesitadas de estímulos nuevos.

Es en este contexto donde hay que situar a Oskorri, fiel a la tradición del País Vasco actualizada a través de composiciones propias. A diferencia de los jóvenes grupos que transmiten su amor por lo tradicional con un sonido duro y presencia agresiva, el grupo vasco elabora una música acústica y limpia, con unos arreglos cuidados y complejos, enviando al público la energía a través del ritmo bailable, alegre y contagioso.

Su calidad como cantantes e instrumentistas les permite apartarse en ocasiones de las agradecidas y demandadas danzas populares y adentrarse en el campo de las baladas, mezclando los instrumentos autóctonos como la alboka, xirula y trikitixa (acordeón) con guitarras, bajos y saxos que ponen el toque jazzy y contemporáneo. Oskorri se convierte así en un punto de referencia a seguir o abandonar, pero en cualquier caso necesario.

Cadencias

El público, que casi llenaba la plaza Mayor, compuesto por vascos en Madrid, madrileños amantes de lo vasco y extranjeros de visita, se dejó llevar de buena gana por la cadencia amable del grupo, con una simpática presencia en escena bien llevada por la sencillez bienhumorada de Natxo de Felipe, y un excelente sonido controlado por ese magnífico profesional que es Jean Phocas, cuyo nombre es inseparable a buena, parte de la música que actualmente se realiza en Euskadi.

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