Un 'antimonumento' de Chillida recuerda a Marallón

Toledo se suma a los actos de homenaje en el centenario del médico humanista

"Yo, como El Greco, encontré en estas colinas poblados de símbolos la raíz de mi alma", escribió Marañón en Evocación y nostalgia de Toledo, en una página leída ayer, al caer de la tarde, por el actor José Luis Gómez. Un centenar de amigos de la familia acudió al Cigarral de Menores, antiguo convento adquirido por Marañón en 1921, para contemplar la escultura antimonumento de Chillida para evocar al médico humanista, por encargo de la familia.

La escultura, una pieza de hormigón que recuerda un asiento, domina la finca desde un altozano; Toledo se ve a lo lejos, casi en el mismo plano, ...

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"Yo, como El Greco, encontré en estas colinas poblados de símbolos la raíz de mi alma", escribió Marañón en Evocación y nostalgia de Toledo, en una página leída ayer, al caer de la tarde, por el actor José Luis Gómez. Un centenar de amigos de la familia acudió al Cigarral de Menores, antiguo convento adquirido por Marañón en 1921, para contemplar la escultura antimonumento de Chillida para evocar al médico humanista, por encargo de la familia.

La escultura, una pieza de hormigón que recuerda un asiento, domina la finca desde un altozano; Toledo se ve a lo lejos, casi en el mismo plano, al otro lado de la hondonada del Tajo. La ciudad rindió homenaje al intelectual que escribió en su finca casi toda su obra.Al Cigarral de Menores se llega por un camino bordeado de pinos. Es un edificio de piedra en el que el monje Tirso de Molina terminó su Don Juan, y se conserva el tañido de campana y el rumor del agua. Sobre todo, una vista sobre Toledo que recuerda algunas de las pintadas por El Greco, y que desde los tiempos en que Maraflón reunía allí a sus amigos, ha sido mencionada por muchos.Los herederos del escritor han intentado cuidar en el Cigarral el espíritu del lugar, y a la vez han querido evitar la petrificación, según dijo en breves palabras Gregorio Marañón y Beltrán de Lis, nieto del médico. Esa fue la razón de encargar a un artista contemporáneo, Eduardo Chillida, un antimonumento que evocara la presencia de Marañón en El Cigarral.

Eduardo Chillida explicó a su vez su intención de crear una escultura que armonizara con la ciudad y con el entorno. Laescultura, 6,5 toneladas de hormigón, fue trasladada el jueves al lugar colgada de un helicóptero, y la operación fue fotografiada por el Rey, que participaba en el evento fotográfico Un día en la vida de España.El ayuntamiento de Toledo se sumó a los actos de homenaje a Marañón en el centenario de su nacimiento con una sesión solemne en la que participaron el hijo del escritor, Gregorio Marañón Moya, y el alcalde de Toledo Joaquín Sánchez Garrido, además de un representante del Colegio Oficial de Médicos. También fue descubierta una placa en la plaza de Santo Tomé y Teresa Berganza ofreció un recital.

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