Laín, Areilza y Caro presentaron 'Las cenizas del esplendor'

Antonio Menchaca se propuso "no ofender, sino narrar, con una punta de ironía y otra de poesía, y con la precisión que tienen las mujeres cuando escriben", en su novela Las cenizas del esplendor (Memorias de la marquesa de Avendaño), la saga de una familia de la burguesía vizcaína a lo largo del último siglo, evocada desde su principal protagonista. El autor reveló que había intentado alcanzar la dimensión universal que se consigue al retratar a verdaderos seres humanos.José María de Areilza, amigo de Menchaca, a quien incitó a escribir este libro, disertó sobre cuatro famosas novelas d...

Antonio Menchaca se propuso "no ofender, sino narrar, con una punta de ironía y otra de poesía, y con la precisión que tienen las mujeres cuando escriben", en su novela Las cenizas del esplendor (Memorias de la marquesa de Avendaño), la saga de una familia de la burguesía vizcaína a lo largo del último siglo, evocada desde su principal protagonista. El autor reveló que había intentado alcanzar la dimensión universal que se consigue al retratar a verdaderos seres humanos.José María de Areilza, amigo de Menchaca, a quien incitó a escribir este libro, disertó sobre cuatro famosas novelas de Bilbao: Paz en la guerra, de Unamuno; El intruso, de Blasco Ibáñez; Cuentos y patrañas de la ría, de Zunzunegui, y Vida nueva de Pedrito de Andía, de Sánchez Masas. Habló también de los bínomios escritor-ciudad: Joyce-Dublín, Proust-París, Clarín-Oviedo, Azorín-Alic ante.

Julio Caro Baroja reflexionó sobre la abundancia de novelas españolas que tienen como trasfondo el País Vasco, y las referentes a Bilbao, explicó, describen las etapas que ha sufrido su sociedad. "Las novelas nos sirven para sentirnos casuistas frente a ciertos dogmatismos doctrinarios", dijo. Pedro Laín Entralgo encuadró la novela de Menchaca en el género literario de las sagas familiares.