Catherine Hutin, indignada con la Administración española

Catherine Hutin, heredera e hija única de Jacqueline Roque, última mujer de Pablo Picasso, está indignada con la Administración española, según aseguran personas de su entorno. El enfado se originó cuando altos cargos del Ministerio de Cultura hicieron públicos los deseos verbalmente manifestados por su madre para que las 61 obras expuestas en el Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC) permanecieran en esta pinacoteca. Las obras retenidas en Guadalajara desde el martes hasta el viernes llegaron el sábado al castillo de Notre Dame de Vie, en Mougins (Francia).

"No quiero hacer ninguna...

Catherine Hutin, heredera e hija única de Jacqueline Roque, última mujer de Pablo Picasso, está indignada con la Administración española, según aseguran personas de su entorno. El enfado se originó cuando altos cargos del Ministerio de Cultura hicieron públicos los deseos verbalmente manifestados por su madre para que las 61 obras expuestas en el Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC) permanecieran en esta pinacoteca. Las obras retenidas en Guadalajara desde el martes hasta el viernes llegaron el sábado al castillo de Notre Dame de Vie, en Mougins (Francia).

"No quiero hacer ninguna declaración. Pregunten a [Aurelio] Torrente". Esta fue la única respuesta, que Catherine Hutin, de 38 años, dio ayer, con gritos no exentos de nerviosismo, a este periódico cuando fue requerida telefónicamente para confirmar la llegada y el estado de las 61 obras que desde el 25 de octubre hasta el pasado día 11 se han exhibido en el MEAC. "Torrente sí hace declaraciones; pregúntenle a él", dijo Hutin, responsabilizando al director del MEAC de la difusión hecha sobre los últimos deseos de su madre.En llamadas anteriores, la pasada semana, Catherine Hutin ni siquiera se puso al teléfono. Solamente su novio, el periodista brasileño Milton Blay, accedió a decir que Hutin estaba desagradablemente afectada por lo ocurrido, por lo que se niega en redondo a hacer cualquier tipo de declaraciones. Varios amigos españoles de Catherine Hutin, a los que conoció durante las largas temporadas que pasó en Madrid en la década de los setenta y que han podido hablar con ella durante los últimos días, coinciden en señalar que el silencio de Catherine es consecuencia del enfado que tiene con la Administración española y que no ha hablado con ninguno de sus representantes. Sólo se han producido -aseguran- escasos y fríos intercambios de opiniones por escrito.

Promesas verbales

Estos amigos señalan que Jacqueline Roque era muy dada a hacer promesas verbales sobre donación de obra de Picasso a casi todas las instituciones que se interesaban por la obra del pintor malagueño, pero que todos sabían que no había una especial intención en que esas promesas se materializasen. Afirman que también en sus últimos días la viuda de Picasso prometió una importante donación a un museo de Japón.El enfado de Hutin está relacionado con este último aspecto, ya que, según los amigos mencionados, considera que se ha jugado con mala fe al crear falsas expectativas sobre la permanencia en España de las ya famosas 61 obras.

Catherine, que según su entorno no tuvo nunca buenas relaciones con su madre, vive desde el pasado mes de noviembre en el castillo de Nôtre Dame de Vie. La única persona que la acompaña es su novio, el periodista brasileño Milton Blay, quien además de ser corresponsal en París de un diario de Sao Paulo y de la revista Visión trabaja en la emisora Radio France, donde ha pedido dos meses de permiso para estar con Catherine.

Las expectativas sobre la permanencia de las 61 pinturas y esculturas de Pablo Picasso se crearon a raíz del suicidio de Jacqueline Roque en el castillo de Nôtre Dame de Vie, el 15 de octubre. El organizador de la exposición y director del MEAC, Aurelio Torrente, confirmó que, pocas horas antes de morir, Jacqueline Roque le aseguró telefónicamente que quería que las obras se quedaran en el MEAC.