La subasta de 42 obras de Miró permitirá crear los sueños diseñados por el artista

Las 42 obras de Joan Miró que se subastarán en Madrid el próximo mes de diciembre -en subasta pública organizada por Sotheby's- permitirán recoger los fondos necesarios para la constitución efectiva de una joven fundación cultural, la Pilar y Joan Miró, y posibilitará la construcción del edificio que albergará los sueños colectivos diseñados por Joan Miró.

Cerca ya del tercer aniversario del fallecimiento, su viuda, Pilar Juncosa, ha donado 42 obras de su colección particular para "crear la infraestructura indispensable al cumplimiento de los objetivos señalados por mi esposo en la escr...

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Las 42 obras de Joan Miró que se subastarán en Madrid el próximo mes de diciembre -en subasta pública organizada por Sotheby's- permitirán recoger los fondos necesarios para la constitución efectiva de una joven fundación cultural, la Pilar y Joan Miró, y posibilitará la construcción del edificio que albergará los sueños colectivos diseñados por Joan Miró.

Cerca ya del tercer aniversario del fallecimiento, su viuda, Pilar Juncosa, ha donado 42 obras de su colección particular para "crear la infraestructura indispensable al cumplimiento de los objetivos señalados por mi esposo en la escritura de constitución de la fundación, así como verbalmente en distintas ocasiones: crear un centro dinámico de irradiación cultural que cierre el triángulo constituido con las otras dos fundaciones de Barcelona y Saint Paul de Vence".La participación de la familia Miró en la organización de este proyecto pudo convocarse con razonables garantías de éxito cuando el patronato de la Fundación Pilar y Joan Miró -en el que participa especialmente el Ayuntamiento de Palma- precipitó el inaplazable nombramiento de su director. Miguel Cervera, empresario y galerista mallorquín de 47 años, amigo personal de la familia Miró, hombre de reconocidos prestigios en el mundo de las finanzas del arte, asimiló el nombramiento como la aparición de una misión.

"Yo conocía con detalle la insospechada envergadura de las promesas de Miró: no creo que soltase nunca palabras vanas. Imaginaba a menudo las necesidades del hombre nuevo, es decir, veía claramente qué debía hacer para rendirle su entusiasmo. Cuando nos contaba los futuros de su fundación en la isla yo ya sabía que eso sería inevitable. Cuando me nombraron no había dinero en la hucha de la fundación. Era una entidad con un patrimonio y con un par de grilletes en las manos. Hablé entonces con Rafael Moneo, decano de la facultad de Arquitectura de Harvard, para que diseñara el esqueleto de ese anunciado foco de irradiación cultural. Luego conté mis planes -los de Miró- a la familia. Respondieron inmediatamente: hicieron acta pública de donación de unos terrenos contiguos al estudio de Son Abrines y al edificio de Son Boter, y doña Pilar seleccionó las 42 obras que nos proporcionarán los fondos. Son una gente magnífica".

Centro internacional

Mientras se emplazan los fundamentos más sólidos de la fundación, Miguel Cervera prepara para esta próxima Navidad una exposición de la obra que Joan Miró dejó en su estudio. "La expondremos en el Palau Sollerich y permitirá conocer muchas obras inacabadas, apuntes de cuadros en gestación y cuadros fechados, pero sin firmar, que el pintor guardó en sus almacenes".La oportunidad de crear un centro cultural de proyección internacional, bajo la presencia del carisma Miró y con independencia de los presupuestos de las instituciones oficiales, ha coincidido, con otro suceso: el Estado devolverá en marzo de 1987 a la comunidad autónoma el 50% de las obras de Joan Miró entregadas por la familia por los derechos de sucesión.

La entrega en julio de 1985 de los 24 óleos y 203 grabados a la Administración central fue el resultado de una mala interpretación de las leyes que ordenaban las facultades de las distintas competencias. La reclamación jurídica efectuada por la comunidad autónoma -también a posteriori- dio resultado y las partes reunidas conformaron un acuerdo amistoso. El afán salomónico -el 50% de las obras retornan a la isla- ha prestado al Gobierno autónomo un nuevo conflicto. No existe ningún edificio capaz de albergar la obra de Miró. A pesar de las declaraciones en abril de 1986 por Francisco Gilet, conseller de Cultura -anunciando la creación de un museo-, no se ha tomado ninguna determinación.

Conversaciones entre la Consellería de Cultura y el Ayuntamiento de Palma pretenden establecer la posibilidad de albergar las obras de Joan Miró en alguna de las dependencias del Palau Sollerich.

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