Profesionales del arte se quejan de la falta de incentivos fiscales

El mercado del arte español es enormemente pobre. La Administración , además, ejerce un omnímodo dirigismo cultural y no fomenta la participación de la iniciativa privada. Éstas y otras afirmaciones pesimistas se vertieron ayer en la mesa redonda realizada en Arco 86 bajo el título de Presencia pública y presencia privada en el arte contemporáneo español.En la mesa intervinieron el pintor Pedro García Ramos; el responsable cultural de IBM, Tomás Frías; el director del Círculo de Bellas Artes, Martín Chirino; el director del Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC), Aurelio Torrent...

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El mercado del arte español es enormemente pobre. La Administración , además, ejerce un omnímodo dirigismo cultural y no fomenta la participación de la iniciativa privada. Éstas y otras afirmaciones pesimistas se vertieron ayer en la mesa redonda realizada en Arco 86 bajo el título de Presencia pública y presencia privada en el arte contemporáneo español.En la mesa intervinieron el pintor Pedro García Ramos; el responsable cultural de IBM, Tomás Frías; el director del Círculo de Bellas Artes, Martín Chirino; el director del Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC), Aurelio Torrente, y el mencionado Tomás Frías, que también es directivo de la Fundación de Apoyo a la Cultura. Como moderador intervino Gregorio Marañón y Beltrán de Lis, abogado, vicepresidente de la Asociación de Amigos del MEAC y también directivo de la citada fundación.

"Invertir dinero en arte no reporta ningún beneficio fiscal a una empresa como sucede en otros países", llegó a afirmar el responsable cultural de IBM, Tomás Frías. "En España no sólo no hay exenciones fiscales para las inversiones en arte", dijo Gregorio Marañón, "sino que tales gastos se contabilizan como una partida más a la hora de pagar los impuestos". Martín Chirino, que describió como "frustrante" su constante búsqueda de patrocinadores privados para el Círculo de Bellas Artes, también advirtió la desventaja que esta situación provoca en el mercado español del arte con respecto a otros países.

En cuanto al dirigismo cultural, la falta de una política cultural coherente en la Administración o el escaso apoyo a la iniciativa privada, los cinco ponentes estuvieron de acuerdo en sus críticas, incluido Aurelio Torrente, que manifestó que el problema fundamental del museo que dirige es que sea rigurosamente estatal". "Para que el nuestro fuera un museo de arte contemporáneo ideal", añadió, "es indispensable la aportación de entidades privadas que hagan de él un museo ágil que incluso contase con recursos propios".

Arco 86 tiene previstas para hoy otras dos mesas redondas. Por la mañana, la titulada El critico en el laberinto del arte, y por la tarde, Diálogo entre directores de museo. Críticos de arte y directores de museo de todo el mundo participan en las mismas.

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