Entrevista:

Ortega: "La amenaza para Nicaragua todavía está ahí"

El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, concedió esta entrevista dos días después de que la Cámara de Representantes estadounidense rechazara, el pasado jueves, la petición de Ronald Reagan de ayuda a la contra. Vestido de manera informal, Ortega parecía relajado y abierto, aunque media docena de guardias permanecían en la puerta. Reagan, que una vez le llamó "el pequeño dictador que fue a Moscú", sacó también tiempo -mientras le cortaban el pelo en la planta baja de la Casa Blanca- para hablar de Nicaragua.

El voto de la Cámara: "No nos hace felices. No tenemos motivos para ...

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El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, concedió esta entrevista dos días después de que la Cámara de Representantes estadounidense rechazara, el pasado jueves, la petición de Ronald Reagan de ayuda a la contra. Vestido de manera informal, Ortega parecía relajado y abierto, aunque media docena de guardias permanecían en la puerta. Reagan, que una vez le llamó "el pequeño dictador que fue a Moscú", sacó también tiempo -mientras le cortaban el pelo en la planta baja de la Casa Blanca- para hablar de Nicaragua.

El voto de la Cámara: "No nos hace felices. No tenemos motivos para aplaudir. La amenaza para Nicaragua todavía está ahí. Los soldados norteamericanos están presentes en Honduras. Estados Unidos mantiene un barco de guerra a 60 millas de Puerto Corinto. Esto su pone una amenaza".

Las intenciones de EE UU: "Estados Unidos está en guerra con Nicaragua. No formalmente, pero sí de forma abierta. En primer lugar, Reagan consiguió 27 millones de dólares (unos 3.780 millones de pesetas) para ayuda humanitaria; ahora pide dinero para que consejeros militares entrenen sobre el terreno a los mercenarios. [Los contras] no han podido avanzar con los 27 millones de dólares, no podrán hacerlo con los consejeros, así que EE UU tendrá que desplazar unidades de combate con ellos. Cuando lo hagan, los soldados estadounidenses morirán también".

La diplomacia: "Nunca negociaremos con los contras. Estamos dispuestos a negociar y discutir con el jefe de los contras, Ronald Reagan, y sus funcionarios. Si EE UU cree que Nicaragua es una amenaza para sus intereses en la región, buscaremos mecanismos de seguridad de forma que se sienta seguro. La situación interna no puede ser negociada".

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Las decisiones en directorio sandinista: "Tenemos enérgicas discusiones y decidimos por consenso. Nuestras diferencias en la lucha para derribar a Somoza eran tácticas, pero nuestros objetivos eran los mismos. Las contradicciones fundamentales que desde fuera se trata de encontrar no existen".

La preparación que tenía para llegar a presidente: "Ninguna (se ríe). Nunca pensé que sería presidente".

Ideología personal: "Admiro a Marx porque creo que sus pensamientos son útiles para la humanidad. Pero me identifico sobre todo con Sandino. Rechacé a Somoza y la intervención norteamericana. Crecí con esta realidad. Éramos anti-Somoza y antiyanquis. No pensábamos que hubiera ningún buen yanqui".

La religión: "Admiro a Cristo como un luchador por el pueblo, como un instrumento de liberación. Pero no respeté a los obispos que apoyaron a Somoza".

Lo que le diría a Reagan personalmente: "Le invitaría a normalizar las relaciones con Nicaragua, a mantener una política amistosa. Le invitaría a convertirse él mismo en un factor de paz para América Latina y para el mundo. Si dice que es cristiano, que cree en Dios, podría realizar una política más cristiana. Podría ser más humilde. Podría intentar un nuevo tipo de relación con un Gobierno revolucionario, un Gobierno que no es ninguna amenaza para EE UU".

Copyright 1986, Time Inc.

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