42º Festival de Venecia

Eugène Ionesco: "Soy creyente gracias a Luis Buñuel"

El escritor Eugéne lonesco es una de las grandes figuras del jurado de la Mostra veneciana. Una vez ha cumplido con sus obligaciones como juez cinematográfico, es fácil encontrarle en el vestíbulo del hotel Excelsior leyendo o conversando mientras espera el Motoscafo que ha de llevarle del Lido a Venecia. Un bastón y un carránar renqueante son pruebas de algunos problemas de salud. "Si no fui a Segovia el mes pasado se debió únicamente a eso, a mi mala salud. Pero creo que podré visitarles a finales de septiembre", explica el dramaturgo, invitado a un reciente certamen teatral segoviano. Ayer,...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El escritor Eugéne lonesco es una de las grandes figuras del jurado de la Mostra veneciana. Una vez ha cumplido con sus obligaciones como juez cinematográfico, es fácil encontrarle en el vestíbulo del hotel Excelsior leyendo o conversando mientras espera el Motoscafo que ha de llevarle del Lido a Venecia. Un bastón y un carránar renqueante son pruebas de algunos problemas de salud. "Si no fui a Segovia el mes pasado se debió únicamente a eso, a mi mala salud. Pero creo que podré visitarles a finales de septiembre", explica el dramaturgo, invitado a un reciente certamen teatral segoviano. Ayer, tras dar esa explicación, habló de cine, por ejemplo, y señaló su admiración por Luis Buñuel: "Soy creyente gracias a Bufluel", dijo.

Más información

De las películas que ha visto hasta ahora, obviamente no puede hablar, pero se diría que ninguna le ha interesado demasiado: "Por el momento miro el mar y contemplo Venecia". Su relación con el cine siempre ha sido selectiva. "Más que gustarme el cine, me gustan ciertas películas y algunos autores. Escojo siempre lo que voy a ver. Elijo Bergman, Buñuel, Dreyer, Fellini, Antonioni, Tarkovsky, Wajda, Losey. De las películas que he visto últimamente, Amadeus es quizá la que he preferido. De entre los clásicos destacaría a Chaplin, a los hermanos Marx y a René Clair".Estos tres últimos nombres nos remiten al humor, a tres tipos de humor distinto, pero que algo deben de tener en común con las obras y el mundo de lonesco, que siempre expresa el cariño para con sus personajes de manera un poco irónica. "La mezcla entre ternura y humor es una fórmula que me parece excelente. En el cine italiano de una época esto se lograba a la perfección. De Sica es un cineasta que también he seguido. El ladrón de bicicletas era una gran película. O al menos me lo pareció en su momento. Con el tiempo, a veces las opiniones y los juicios cambian...".

Es evidente que a Eugéne Ionesco le preocupa ser transcrito con fidelidad. Más que hablar, dicta. Espera siempre que el periodista haya acabado de escribir antes de embarcarse en la siguiente frase. Y si en algún momento cree no haber sido interpretado fiel e íntegramente, marca aún más la pausa, esperando que se corrija el error o se completen las notas.

Clase de ostras

Ante la sugerencia de que entre su teatro y el cine de Buñuel hay algunos puntos de contacto, precisamente los que surgen del humor, Ionesco asiente. "Luis Buñuel decía que él no era creyente, y mucha gente ha escrito sobre su ateísmo. ¿Usted ha visto y recuerda aquella película de los peregrinos, esa en la que una mujer y un maitre discuten de teología ... ? "¿Se refiere a La Vía Láctea?". "Sí, ése es el título. Esa película sólo pudo hacerla alguien que creía en Dios. El trabajo de Buñuel sobre la Biblia demuestra que la conocía perfectamente que para él todo aquello era muy importante. En un momento dado, ése al que me refería de la mujer y el maitre del restaurante, ella le pregunta: '¿Usted cree en Dios?'. Y el hombre responde: 'Naturalmente. Pero, dígame ahora qué clase de ostras prefiere'. La réplica es perfecta. Y fue lo que me convirtió en creyente, el argumento que disipó mis dudas espirituales. La existencia de Dios quedaba fuera de discusión, era algo tan obvio que ni tan sólo merecía interrumpir la elección de una clase de ostras".

Cuando lonesco habla de lo que le interesa en el arte, casi nos sugiere, de manera implícita, hacer una quiniela sobre sus preferencias, sobre las películas que va a votar. "En general, todas las películas -como todos los libros- son al mismo tiempo buenos y malos. En ellos siempre hay una parte de verdad y otra de falsedad. Las obras buenas expresan lo humano inás allá de la ideología".

"La ideología engaña"

"¿Diría, pues, que es la ideología la parte mentirosa?". "Sí, porque la ideología engaña. Los grandes autores son aquellos que han querido hacer propaganda y,no lo han conseguido". "Pero en cualquier texto hay una ideología implícita...".

"Exactamente, y lo importante es que no se explicite. Eso es lo que hacía Bertolt Brecht, y por ello es un mal dramaturgo; un buen director, pero un mal dramaturgo". "Así, según usted, el trabajo del director consiste en poner en primer plano lo que subyace en la obra...". "un director de teatro debería comportarse como un director de orquesta. Puede interpretar, dar su punto de vista, pero siempre respetando la partitura, el texto, no olvidándolo nunca..., Y Brecht tampoco era un gran director, porque no dejaba ninguna libertad a los actores. Basta con ver lo que ha sucedido después de siglos. Algunos grandes templos se erigieron en honor de un Dios hoy olvidado. El que permanece no es el significado concreto de un culto, sino la capacidad de aquella arquitectura ara expresar lo humano y algo que está por encima de lo espiritual".

La actual moda cinematográfica de películas sobre el bien y el mal, sobre mundos abstractos en que se producen entrentamientos de, significado metafisico, al margen de la historia, es materia que debiera interesar a Eugéne Ionesco, pero no quiere hablar de ello tomando como referencia ejemplos cinematográficos, porque teme que sea una forma de sonsacarle su opinión respecto a Legend, de Ridley Scott, que compite en esta edición.

"La lucha entre el bien y el mal es eterna, todas las interpretaciones del mundo la tienen en cuenta, desde las metafísicas hasta las marxistas. Estas últi,mas encuentran las raíces del mal en la lucha de clases y en la sociedad burguesa, pero ésa es una simplificación ingenua. En cambio, no hay ningún filme que haya hablado del éxtasis y de la contemplación".

"Pero sí hay mucha pintura sobre este tema. Por ejemplo, Salvador Dalí". "Por esto me gusta Dalí. Algunos de sus cuadros son espléndidos. No sé. si es una persona muy inteligente, pero sí sé que tiene grandes intuiciones, visiones geniales. Claro que siempre le gusta comportarse como un chico de 14 años...".

El actual retorno a la privacidad, la desconfianza en las soluciones colectivas y la carencia de ideales políticos que caracteriza la época dan la razón a las viejas profecías de lonesco como uno de los pontífices antimarxistas.

"El marxismo está en retroceso en muchos lugares, pero aún es fuerte en Alemania, en Italia o en las universidades americanas. El marxismo suministra ideología cuando lo que necesitamos es fe. No darse cuenta de esto es el gran error del hombre contemporáneo", dice finalmente lonesco.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En