Fidel Castro quiere movilizar a la comunidad mundial contra el pago de la deuda externa

La ciudad de La Habana aparece galvanizada durante estos días a consecuencia de la Conferencia Continental sobre la Deuda Externa de América Latina y el Caribe, convocada por el presidente cubano, Fidel Castro. En la televisión, las radios, los periódicos y sobre todo en los locales de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), existentes en cada manzana de casas, se insiste en que la deuda externa del Tercer Mundo no sólo es imparable, sino incobrable.

La conferencia, que comenzó oficialmente en la tarde de ayer, pretende ser un foro de diálogo pluralista en el que estén presen...

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La ciudad de La Habana aparece galvanizada durante estos días a consecuencia de la Conferencia Continental sobre la Deuda Externa de América Latina y el Caribe, convocada por el presidente cubano, Fidel Castro. En la televisión, las radios, los periódicos y sobre todo en los locales de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), existentes en cada manzana de casas, se insiste en que la deuda externa del Tercer Mundo no sólo es imparable, sino incobrable.

La conferencia, que comenzó oficialmente en la tarde de ayer, pretende ser un foro de diálogo pluralista en el que estén presentes las corrientes políticas existentes en la zona. Para ello, Fidel Castro cursó invitaciones personales a políticos, economistas y periodistas de todas las tendencias ideológicas. Otra cosa es que esta pretensión se consolide en la práctica. En la tarde del lunes estaban acreditados 328 delegados. Entre los nombres que se proporcionaron dominan claramente los representantes de ideologías de izquierda. En una primera tanda habían llegado a La Habana los ex presidentes ecuatoriano y boliviano León Roldó y Walter Guevara Arce. También el vicepresidente del Parlamento uruguayo, Óscar López; los escritores Gabriel García Márquez y Miguel Otero Silva; el general uruguayo y presidente del Frente Amplio, Líber Seregni; el vicepresidente nicaragüense, Sergio Ramírez, etcétera.De la conferencia, que no tiene orden del día previo, no surgirán conclusiones, sino que cada uno de los participantes expondrá su fórmula particular para dar soluciones a una deuda externa de un billón de dólares, concentrado en los países en vías de desarrollo, es decir, se trata de un brainstorming (tormenta de cerebros) de cuatro días de duración.

Participación popular

El líder cubano, Fidel Castro, ha conseguido que su pueblo participe en la problemática de la deuda externa con el mismo ímpetu que años atrás se conmovió por la consecución de una zafra récord, o vivió la inversión norteamericana de Bahía Cochinos o la revolución nicaragüense. Anteriormente a esta conferencia continental reunió en La Habana, en distintas convocatorias, a mujeres, periodistas y sindicalistas de la zona. Pero lo más significativo es la labor de divulgación que se desparrama por todas las regiones cubanas. Los CDR, que vigilan políticamente cada manzana de casas y ordenan el trabajo comunitario, se hacen eco permanentemente de lo que supone la deuda externa para la región: miseria y subdesarrollo. En todos los locales de los comités, además de la propaganda conmemorativa del 26 de Julio, fiesta nacional cubana se distribuyen los discursos de Fidel, que discute exhaustivamente sobre el endeudamiento externo, algo muy difícil de entender desde coordenadas europeas. Estos locales están presididos por un cartel que dice: "Huelga general de deudores. Sólo así querrán conversar. Unidad frente a la deuda externa".En sus últimos discursos ha insistido en la idea de que no solamente son imparables los 360.000 millones de dólares (más de 60 billones de pesetas) que adeuda la región, sino que, además, tampoco son cobrables, ya que una acción bilateral de los acreedores sobre el país que repudiase la deuda suscitaría tales grados de solidaridad que sería peor el remedio que la enfermedad. Según Castro, la situación es tan tensa y tan incontrolable que "la iniciativa ha quedado en manos de los países del Tercer Mundo".

Descienden los créditos

Pese a todo ello, no se espera que de la conferencia continental surja el impulso unánime hacia un club de deudores. Es más, no se va a tomar ninguna iniciativa para conseguirlo. Por eso no habrá ningún tipo de conclusiones. Todavía se espera algún tipo de mediación a través del Grupo de Cartagena para dilatar problemas que todos coinciden en que no existen soluciones matemáticas.A la conferencia asistirán también, según informó el director de prensa de la cancillería, representantes cubanos no oficiales, tales como la Iglesia católica.

Por otra parte, las líneas de crédito destinadas a los países en desarrollo han sufrido una notable disminución en el primer trimestre de 1985, según un informe del Banco Internacional de Pagos de Basilea. Esta desaceleración obedece a la necesidad de fondos en algunos países industrializados y al constante incremento de la deuda de los países latinoamericanos.

La concesión de nuevas líneas de crédito destinadas a Latinoamérica registró un descenso de 600 millones de dólares (unos 100.000 millones de pesetas), debido a la escasa reposición de fondos (unos 600 millones de dólares). Esta disminución constituye un fenómeno nuevo, inimaginable en 1984, fecha en que el banco inició sus operaciones en este continente.

Los miembros de la OPEP desembolsaron unos 700 millones de dólares durante el primer trimestre del año. Estados Unidos, por su parte, sigue ocupando el primer lugar entre los importadores de divisas y sus compromisos fuera de la zona del dólar ascendieron a más de 10.000 millones de dólares.

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