Tribuna:

Despedir al amor de siempre con una copa en las manos

La bolsa no se comportó ayer nada mal, en una sesión puente entre dos jornadas festivas. El índice general ganó 49 centésimas, aunque los volúmenes de contratación continúan siendo casi testimoniales. A lo largo de la semana se ha pasado de 1.170 millones el lunes a 876,6 millones el martes y 929,1 millones el miércoles. El negocio en la última jornada semanal no se despegó de esa atonía.Y es que las grandes carteras institucionales siguen sin entrar en la renta variable ante lo apetitoso de las rentabilidades de otras alternativas inversoras. Los pagarés de regulación, no hay que olvid...

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La bolsa no se comportó ayer nada mal, en una sesión puente entre dos jornadas festivas. El índice general ganó 49 centésimas, aunque los volúmenes de contratación continúan siendo casi testimoniales. A lo largo de la semana se ha pasado de 1.170 millones el lunes a 876,6 millones el martes y 929,1 millones el miércoles. El negocio en la última jornada semanal no se despegó de esa atonía.Y es que las grandes carteras institucionales siguen sin entrar en la renta variable ante lo apetitoso de las rentabilidades de otras alternativas inversoras. Los pagarés de regulación, no hay que olvidarlo, se mantienen invariables al 13%, mientras que el precio del dinero registra una tendencia similar a la de las últimas jornadas: mientras desciende ligeramente a un día, a medio plazo no se mueve apenas. El banco emisor no intervino ayer con subasta de préstamos. Pero en el mercado interbancario los depósitos a un día se situaron al 11% (frente al 12,08% del miércoles) y a 90 días se establecieron al 14,08% (frente al 14,07% anterior). Los pagarés a un día, por su parte, se cotizaron al 10,96% (11,75% anterior).

De todas formas, la posibilidad de que se despeje a corto plazo el eterno problema de los intercambios de activos eléctricos parece haber empujado hacia estos valores a los operadores más inquietos.

Si el Estado termina asumiendo, vía Presupuestos Generales del Estado (a través del establecimiento de determinados beneficios fiscales o mediante un sistema similar), el desfase de valoración entre las empresas compradoras y vendedoras, la situación patrimonial del sector en general quedaría saneada. Así sería bastante fácil que todas las compañías repitieran los mismos repartos de dividendos que el ejercicio anterior. La tranquilidad podría volver a instalarse entre los inversores.

Los últimos datos de coyuntura, como viene siendo habitual en los últimos meses, presentan distintas interpretaciones. Si, por una parte, la financiación del déficit público (1,3 billones para 1986) va a ser cubierta con pagarés del Tesoro, eso indica que la autoridad monetaria prevé que la inflación descenderá, ya que en caso contrario recurriría a emisiones a más largo plazo. En este aspecto, no se puede olvidar la reducción del precio de los crudos acordada por los países exportadores de petróleo ni los proyectos del Gobierno español para eliminar buena parte de los precios administrados de algunos productos de primera necesidad, de forma que, a través de importaciones estratégicas, se pueda evitar una elevación desmedida. Los resultados del comercio exterior, sin embargo, no aportan nada positivo, con un descenso del 6,93% de las exportaciones en junio, mientras que las importaciones aumentaron un 13,73%. Así, el déficit comercial del primer semestre supera los 575.614 millones de pesetas.

Por otra parte, Vacesa descontó ayer integrante el dividendo que había repartido el lunes (35 pesetas para las acciones antiguas y 25 pesetas para las nuevas). Al mismo tiempo, la junta sindical anunció la suspensión de cotización de las acciones de Sniace, que han sido adquiridas por la propia sociedad a consecuencia de las reducciones de capital que ha efectuado.

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