Propuesta sobre una misión tripulada conjunta de EE UU y la URSS a Marte

Décimo aniversario del acoplamiento en el espacio de las naves 'Soiuz' y 'Apolo'

Científicos, funcionarios espaciales y astronautas se reunieron la pasada semana en Washington para recordar el tiempo feliz de la cooperación espacial soviético-norteamericana, del acoplamiento en órbita de las naves Soiuz y Apolo, hace 10 años, y para imaginar una visión del futuro en el que las dos naciones vuelvan a unir sus fuerzas para una misión tripulada a Marte.

Todos los participantes coincidieron en que una misión de es tipo podría lanzarse a principio del siglo XXI y que supondría una impresionante expresión de cooperación internacional y un medio de relajar las tensione...

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Científicos, funcionarios espaciales y astronautas se reunieron la pasada semana en Washington para recordar el tiempo feliz de la cooperación espacial soviético-norteamericana, del acoplamiento en órbita de las naves Soiuz y Apolo, hace 10 años, y para imaginar una visión del futuro en el que las dos naciones vuelvan a unir sus fuerzas para una misión tripulada a Marte.

Todos los participantes coincidieron en que una misión de es tipo podría lanzarse a principio del siglo XXI y que supondría una impresionante expresión de cooperación internacional y un medio de relajar las tensiones entre las dos naciones. También coincidieron en que los obstáculos mayores son de tipo político no tecnológico.James M. Beggs, administrador de la National Aeronautics and Space Administration (NASA), dijo que "tanto si la misión tripulada a Marte se hace unilateralmente como multilateralmente, una cosa está clara. Para que tenga algún sentido, tal programa debe verse como un compromiso a largo plazo. No puede centrarse exclusivamente en poner seres humanos en el planeta y traerlos de vuelta a la Tierra sanos y salvos. Un aterrizaje en Marte debe incluir planes para posteriores operaciones de permanencia".

Otros expertos manifestaron que con el apoyo político apropiado podría ponerse en marcha una misión para 1995, con un coste de entre 30.000 y 40.000 millones de dólares (entre 5 billones y 6,5 billones de pesetas).

En una conferencia de prensa, Valery Kubasov, uno de los dos astronautas soviéticos que participaron en la misión conjunta Soiuz-Apolo, dijo: "Los programas de ese tipo son caros y para resolver los problemas implicados sería conveniente reunir los esfuerzos de varias naciones".

Pero también advirtió que tal misión no podía llevarse a cabo "simultáneamente" con los esfuerzos de algunas naciones para poner armas en el espacio.

Kubasov y el mariscal Alexei Leonov asistieron al seminario Marcha hacia Marte en la Academia Nacional de Ciencias como parte del encuentro con los tres astronautas norteamericanos con los que se reunieron en el espacio el 17 de julio de 1975. En aquella misión, la única misión espacial tripulada conjunta de la historia, una nave Apolo con tres astronautas se acopló con la nave Soiuz que transportaba a Leonov y Kubasov.

Estados Unidos no tiene ningún plan oficial para la exploración de Marte por astronautas, y aparentemente tampoco lo tiene la Unión Soviética. La URSS tiene planes de un vuelo no tripulado a Marte y a su diminuta luna Phobos para 1988-1989. En 1990 EE. UU enviará un vehículo orbital no tripulado para obtener mapas geológicos y climáticos.

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